sábado, 30 de junio de 2012

NUESTRA RESPONSABILIDAD ES ENSEÑAR CON AMOR A NUESTROS HIJOS:LOS NIÑOS, LA MENTIRA Y EL ROBO


«Tengo un niño de seis años [que es muy] inteligente y muy extrovertido.... Siempre me pide dinero; muy pocas veces le doy (sólo cuando puedo). En estos días llegó de la escuela comiendo helado, y yo no le había dado dinero.... Le revisé los bolsillos y, [para] mi mayor sorpresa, tenía [unos billetes]....
»Luego de decirme varias mentiras, me dijo que los había sustraído de una cajita donde guardo un dinero. Eso me entristeció mucho. No le pegué porque le prometí que si me decía la verdad, no le pegaba.
»[También] me confesó que era la segunda vez que lo hacía.... Eso me preocupa mucho. ¿Qué me aconsejan?»

«Estimada amiga:
»Lo más importante de la información que nos dio es la edad de su hijo, ya que nuestra respuesta a su caso sería muy diferente si su hijo fuera mayor. Pero a los seis años de edad, los niños (aun los que son muy inteligentes) no tienen la capacidad intelectual de comprender cuestiones morales tales como la mentira y el robo. Los expertos en el desarrollo de los niños sostienen que un niño de seis años no puede distinguir del todo entre la realidad y la fantasía.
»Los padres no deben esperar que sus hijos menores de siete años entiendan la lógica. Eso es importante porque se requiere la lógica para razonar, y es necesaria la razón para comprender los derechos de propiedad. Por lo tanto, es poco realista esperar que su hijo comprenda por qué es malo quitarle algo a usted. De modo que, si bien usted debe enseñarle que eso es malo, no debe esperar que él comprenda por qué lo es.
»Con frecuencia los padres les hacen a sus hijos la pregunta: “¿Por qué?”, esperando en vano a que la respondan. Los niños menores de siete años no tienen capacidad alguna para explicar por qué hicieron algo en particular....
»A los niños se les debe enseñar a distinguir entre el bien y el mal. Y hay que darles el debido castigo cuando desobedecen. Los padres incluso deben dar razones para las reglas de acuerdo con la edad de los niños, tales como: “Cuando se le pega a alguien, eso duele. Serás castigado si le pegas a alguien.” ... Sin embargo, es inútil y destructivo decir luego: “¿Por qué quieres herir a mamá?” ... Con eso se le echa la culpa al niño de tener malas motivaciones, cuando el niño aún no puede razonar debidamente como para tener malas motivaciones. Y se le da al niño la idea de que él mismo es malo en lugar de su conducta.
»La Biblia enseña que todo ser humano nace con una naturaleza pecaminosa.1 Un niño toma decisiones que son malas moralmente, como cuando miente y cuando roba, desde muy temprana edad; pero Dios no lo juzga culpable de ese pecado hasta que tenga la madurez necesaria para comprender y razonar. Mientras tanto, Dios le da al niño padres que tienen la responsabilidad de enseñarle a distinguir entre el bien y el mal, y de disciplinarlo con el fin de ayudarlo a escoger lo bueno y lo que no ha de hacerle daño....
»Dele un abrazo a su hijo de nuestra parte,


1Sal 51:5

viernes, 29 de junio de 2012

EL ODIO, RESENTIMIENTO, EL MAL TRATO, SON PROBLEMAS COMUNES EN LA FAMILIA: MI MADRE HABLA MAL DE MI PADRE


Mi madre habla muy mal de mi padre

El resentimiento es uno de los factores que más dañan la relación entre padres e hijos. Inculcar rechazo hacia uno de los progenitores sólo causa inseguridad, rabia y dolor en los hijos. ¿Cómo evitar esta trampa?

Criticar constantemente y con mala fe, no causa sinomalos sentimientos.“Los más afectados son sin duda alguna los hijos, y si éstos son menores, mucho más grave es la situación ya que no están en condiciones objetivas de poder discriminar los comentarios maliciosos de aquellos que pueden llegar a ser constructivos”, sostiene la psicóloga española Constanza de Benito.


Eleducar a los hijosbajo la discriminación hacia uno de los progenitores se denomina síndrome de alienación parental. “Esta conducta es bastante habitual en las mujeres solteras que han sido abandonadas por la pareja o que han sido víctimas de un desengaño del que no son capaces de recuperarse y lo que hacen es trasladar todo el odio y el rencor hacia los hijos.

 Lamentablemente, en muchos casos las madres consiguen tener éxito y la relación entre el padre y los hijos se deteriora”, explica la profesional.
 
Aquella mujer que pueda transformar su experiencia negativa en una enriquecedora podrá transmitir a los hijos emociones que los mantengan al margen del pasado doloroso que se haya podido sufrir.





 
“No es sencillo perdonar, elaborar duelos ni comprender a alguien que se ha encargado de lastimar sin medir consecuencias, pero es importante por uno, por los hijos y también para poder tener un futuro en donde primen las buenas intenciones”, determina la psicóloga.
 
Reconstruir la relación una vez que ésta se ha roto es muy complejo. “El acercamiento debe existir.

Ambas partes deben estar de acuerdo y dejarresentimientosde lado. La clave en todo esto es poder dejar la rabia y el pasado detrás sin estar pasando facturas constantemente sobre lo que ha acontecido.
 
El padre debe tener la autoridad necesaria para poder entablar una buena comunicación con su hijo por más que la madre no esté interesada en que el encuentro suceda. Por más mala relación en pareja que se haya tenido, ninguno de los dos progenitores debe ser excluido del trato con los hijos.
 
¿Qué hacer con las críticas de un padre hacia el otro?
1.- Si ambos padres están juntos en alguna ocasión y frente a los hijos, es bastante habitual que uno de los progenitores critique abiertamente a otro.





 
2.- Los niños cuando están con el padre alienado, lo tratan injustamente y reiteran comentarios del adulto psicológicamente maltratador.“También se victimizan y hacen responsable al padre de cualquier conducta propia inadecuada porque en sus mentes siempre la culpa será externa”, sostiene la profesional.
 
3.- Es importante que el padre pueda también expresar su punto de vista sin que exista autoritarismo en la forma de comunicación.“Puede existir muy mala relación entre los adultos, pero los hijos no deben ser utilizados como botín de guerra.
 
Tanto la madre como el padre tienen que saber encontrar los mecanismos adecuados para establecer un dialogo en donde los niños conozcan tanto al padre y a la madre, sean capaces de sacar sus propias conclusiones y sobre todo, puedan quedarse con lo mejor de cada uno sin tener que convertirse en jueces”, finaliza diciendo la especialista.




jueves, 28 de junio de 2012

PROBLEMAS EN EL HOGAR: «MI MADRE INTENTÓ SUICIDARSE MUCHAS VECES»


«Cuando tenía seis años, mi madre y mi padre discutían mucho. Mi madre intentó suicidarse muchas veces delante de mí y de mi hermanita. Mi madre quería morirse porque mi padre tenía una amante y una hija con ella.
»Hemos superado esos malos momentos, pero no estamos del todo sanados. No me gusta que mi padre coquetee con las mujeres jóvenes. Y no me gusta que mi madre siga recordando el pasado y que siempre nos diga que quiere irse de la casa. Yo con este problema me siento cansada, dolida, triste, que no soporto más. ¿Qué hago para ya no sufrir?»

«Estimada amiga:
»Tu caso nos entristece. En tus pocos años de vida, tu hogar siempre ha sido un lugar de confusión y conflicto. Nunca has disfrutado del refugio que el hogar debiera ser para todos, especialmente para los niños pequeños.
»Yo recuerdo que cuando era niña, y luego como adolescente, sentía lo mismo que sientes tú ahora. Al principio mis padres discutían y gritaban, a veces hasta que los vecinos llamaban a la policía. Luego se divorciaron, y tuvimos la esperanza de que al fin habría un poco de paz en nuestro hogar. Pero no pasó mucho tiempo antes de que mi mamá se juntara con mi padrastro, y las discusiones subieron de tono y se volvieron aún más frecuentes. Yo soñaba con el día en que pudiera irme de esa casa para siempre.
»Sugiero que hagas tres cosas específicas a fin de prepararte para el futuro que te espera. En primer lugar, estudia todo lo que puedas para sacar las mejores calificaciones posibles. Cuanto mejores sean tus calificaciones, mejores serán las opciones que tengas de ser aceptada en una buena universidad, y posiblemente de recibir becas que te ayuden a costear los gastos.
»En segundo lugar, busca un empleo a la mayor brevedad y ahorra todo el dinero que puedas de lo que ganes. El llegar a ser independiente en tu economía es lo que algún día hará posible que salgas de esa casa.
»En tercer lugar, y más importante que nada, cultiva una relación personal con Dios. Pídele en el nombre de su Hijo Jesucristo que te perdone tus pecados y que te dé la ayuda que necesitas hoy y en el futuro. Él te guiará y te dará la sabiduría necesaria para planear el resto de tu vida.
»Cuando yo era una adolescente, le pedí a Cristo que entrara en mi vida. Con todo, no había paz en mi hogar, pero yo tenía paz en el corazón, lo que me ayudó a superar las largas noches de confusión. Encontré una iglesia en la que otras personas tenían una relación personal con Dios, y muchas de esas personas llegaron a ser como miembros de mi familia, al comprender los problemas en mi hogar e invitarme al suyo. Durante esas visitas comencé a imaginarme la clase de vida que tendría algún día yo misma. Tú puedes hacer lo mismo.»

viernes, 22 de junio de 2012

NO SE PUEDE HABLAR MÁS DE LA CUENTA: COMO LO ENSEÑA LA FÁBULA «LA RANA VOLADORA»


«LA RANA VOLADORA»
por Carlos Rey

Un amigo me contó
de una rana voladora,
y ahora trato de narrar
en versos aquella historia.
Se puso a mirar un día
la ranita presuntuosa
el elegante y veloz
vuelo de algunas palomas.
Sintió un poquito de envidia
porque era muy orgullosa;
entonces quiso volar
y no ser más saltadora.
Saltando fue al palomar
más cercano de la zona;
a dos aves se acercó
y les dijo muy melosa:
«Palomas, yo quiero ser
una rana voladora,
pues me quiero convertir
en la rana más famosa.»
Tras larga conversación,
no pudieron las palomas
a la rana convencer
de que era una idea muy tonta.
Pero a fin de complacer
a la rana vanidosa
decidieron inventar
un vuelo de nueva forma.
Se buscaron un cordel
y comenzaron la obra;
se lo tuvieron que atar,
a las patas, las palomas.
La rana debía tomar
esa cuerda con la boca,
y las aves, al volar,
serían las transbordadoras.
Al fin pudieron lograr
esa hazaña meritoria;
y salieron a mirar
las multitudes curiosas.
Se oyó al público exclamar:
«¡Qué gran rana voladora!
Si hasta parece un avión
con sus alas y su cola.
»¿A quién se le habrá ocurrido
esa idea tan novedosa?
¡Sólo un cerebro genial
sería capaz de tal cosa!»
La insoportable emoción
de saberse prodigiosa
hizo a la rana gritar:
«¡Yo soy, yo soy la inventora!»
Nada más hay que añadir...
Sólo que una débil sombra
de inmediato cayó al suelo...
y allí terminó la historia.
Esta fábula versificada por el poeta cubano Luis Bernal Lumpuy nos recuerda el refrán que dice: «Por la boca muere el pez», porque fue precisamente debido a su boca que murió la rana. No aguantó las ganas de hacer alarde de su hazaña, sino que la proclamó a los cuatro vientos. El acto mismo de abrir la boca provocó su caída, ya que al hacerlo se soltó de la cuerda y se estrelló contra el suelo.
Hay un personaje bíblico muy conocido que, al igual que la rana, fue llevado al cielo, pero no transbordado por palomas sino por el Espíritu Santo. Se trata del apóstol Pablo, que aclara que sólo Dios sabe si su viaje «al tercer cielo» fue físico o espiritual. En aquel «paraíso» San Pablo «escuchó cosas indecibles que a los seres humanos no se nos permite expresar». A raíz de esa experiencia, sostiene que podría jactarse, pero decide más bien que no hará alarde sino de sus debilidades. Porque Dios le ha mostrado que su poder divino sólo se perfecciona en nuestra debilidad humana.1
En ese pasaje de la segunda carta de San Pablo a los corintios, el sufrido apóstol nos enseña que Dios hace todo lo posible para que no nos volvamos presumidos.2 Más vale que le hagamos caso y que aprendamos la lección de la rana voladora. En vez de volvernos presumidos volando por los cielos, haciendo alarde de nuestro propio ingenio, saltemos y exaltemos a Dios, haciendo alarde del prodigioso ingenio divino.

12Co 12:1‑9
22Co 12:7‑10

jueves, 21 de junio de 2012

EL PELIGRO DE LA PORNOGRAFÍA

«LUCHANDO CON... LA PORNOGRAFÍA Y LOS DESEOS SEXUALES»

«Estoy luchando con mis vicios, los cuales son la Internet, la pornografía y los deseos sexuales. Esta es una lucha en la que siempre fracaso. Por eso le envío este mensaje para obtener una respuesta de usted.»

»Usted ha dado el primer paso, que es admitir que tiene un problema, y el segundo paso, que es reconocer que, en efecto, lo está controlando la tentación sexual. Sin embargo, aunque esos pasos son los primeros en el proceso que lleva a la rehabilitación, no ha podido impedir que el ciclo se repita vez tras vez, así que ha perdido la esperanza.

»Además, le recomendamos que instale un programa en su computadora que lo obligue a rendirle cuentas a otra persona. Hay programas que automáticamente archivan las direcciones de los sitios en la red que usted visita y envían ese archivo a la persona que usted haya escogido para rendirle cuentas a fin de que lo ayude. Entonces, cada vez que se sienta tentado a ingresar a un sitio pornográfico, tal programa informático podrá servirle como una fuerte motivación para querer evitar la embarazosa notificación que recibiría esa persona. El saber que lo que usted haga ya no será un secreto le ayudará a resistir la tentación.
»El deseo de ver imágenes pornográficas es un hambre que nunca queda satisfecha. Cualquiera que sea la cantidad de imágenes que uno vea, siempre ha de querer ver más. Nunca es suficiente. Los que son adictos a la pornografía son capaces de alejarse del todo de sus seres queridos y hasta perder sus empleos porque tratan constantemente de satisfacer esa hambre insaciable que tienen dentro sin esperanza alguna de lograrlo.
»Sin embargo, ¡hay esperanza para usted! El apóstol Santiago nos dio la fórmula. Él dijo: “Sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes.” El someterse a Dios significa hablar con Él y pedirle ayuda. Quiere decir pedirle a su Hijo Jesucristo que le perdone sus pecados y le dé una vida completamente nueva. El acercarse a Dios significa permitirle que cambie su vida de adentro hacia afuera a medida que usted cultiva a diario una relación con Él. Resistir al diablo es una frase de acción que implica formular un plan de resistencia y llevarlo a cabo todos los días. A medida que sus actividades y quehaceres diarios se vayan enfocando con mayor frecuencia en lo que Dios prefiere que usted haga, se le hará más fácil oponer resistencia.»

sábado, 16 de junio de 2012

RECHAZANDO LOS REGALOS DE DIOS: «COMO... EL CUENTO DE LA CENICIENTA»


«Una mujer llegó a mi casa y me entregó a su bebé de tres días de nacida. Mi esposo y yo la aceptamos con gran ilusión, pues no habíamos podido tener hijos biológicos.... Ahora vivo con el temor de que mi hija adoptiva se entere de la verdad: que su verdadera madre la rechazó y [la] regaló porque era producto de su adulterio.»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga,
»... Lo primero que le pediríamos a usted que hiciera es que reconsidere el lenguaje que emplea cuando piensa al respecto y cuando cuenta la historia de su hija. En lugar de pensar y decir que su madre la rechazó, sería más acertado (y mucho más amable) decir que la madre biológica de la niña quería que ella tuviera un hogar amoroso con una madre y un padre que estuvieran casados el uno con el otro, y que la madre biológica no podía proveer ese tipo de hogar para ella....
»Lo segundo que le aconsejamos que haga de inmediato es que le cuente a su hija la historia de cómo llegó a formar parte de su familia. Usted deseaba con urgencia un bebé, y tenía un hogar y una familia que ofrecerle. La madre biológica se convenció de que usted podía darle a su hija un hogar con mamá y papá, así que decidió que su hija tendría una mejor vida con usted. Cuando cuente esta historia, hágalo en el mismo tono de voz y del mismo modo en que hablaría acerca de cualquier otro tema. No diga que es algo muy importante o que es un secreto. Cuente la historia como si le estuviera contando el cuento de la Cenicienta. Es importante contarle la historia una y otra vez en el transcurso de los años para que se convierta en algo que ella siempre ha sabido.
»Como lo hemos contado antes, nosotros tenemos un hijo que adoptamos de seis meses de edad. Cuando le leíamos cuentos a la hora de acostarse, también le contábamos la historia de cómo su madre biológica lo amaba tanto que tomó la difícil decisión de permitirnos adoptarlo. Le mostramos fotografías del día en que lo llevamos a casa. Hablamos con él acerca de que sin duda su madre biológica lo extrañaba mucho, pero que había tomado la decisión acertada porque lo amaba. Nuestro hijo jamás se ha preocupado por el hecho de haber sido adoptado, ni tampoco ha hecho preguntas acerca de por qué su madre biológica no pudo quedarse con él. Ahora [es mayor de edad y tiene un título universitario,] y no ha mostrado ningún interés en conocer a su familia biológica.
»Por último, le aconsejamos que le pida a Dios en oración que le dé sabiduría para transmitirle sus pensamientos y sus palabras a su hija de una manera positiva. Dios desea ser el Amigo a quien acudimos con nuestros problemas más difíciles, y si usted se lo pide, Él puede ayudarla con esta situación y con las demás dificultades en su vida. Orar es exactamente igual a conversar con un amigo. Dígale a Dios lo que está pensando y sintiendo. Luego deténgase, quédese quieta y escuche mientras Él le responde al corazón.
»Le deseamos que escuche la voz de Dios,

jueves, 14 de junio de 2012

CONSECUENCIAS DEL DIVORCIO: «MARQUÉ Y DAÑÉ LA VIDA DE MIS HIJOS»


Me divorcié, marqué a mis hijos, deshice once años de [matrimonio], y todo por egoísta.... Ahora ella me dice que los abandoné y que destruí su vida (aun cuando fue un divorcio por mutuo consentimiento), y que marqué y dañé la vida de mis hijos. No digo nada; sólo me quedo en silencio....
Me casé de nuevo dos años después de mi divorcio. Ahora tengo siete años de casado con un hijo.... Pero llevo una culpa que me aflige y me castiga todos los días.... Ahora la comunicación con mis hijos está muy distante. No he sido el padre que debo ser en ningún sentido. No me siento bien. Todos los días me retumba la culpa de muchas maneras... pero no sé qué hacer. Creo que [si hago] algo, perderé a mi esposa y a mi hijo, y [causaré] más dolor...
CONSEJO
Estimado amigo:
Hay dos pasos que debe dar a fin de librarse del sentido de culpa: pedir perdón y hacer restitución. ¿Les ha pedido perdón a sus hijos? ¿Le ha pedido perdón a su ex esposa? Hay que ser un hombre valeroso para tener la humildad necesaria para pedir perdón. ¿Tiene usted suficiente valor para hacerlo?
A no ser que su ex esposa y sus hijos sean seguidores de Cristo y comprendan el perdón, es probable que no estén listos para perdonarlo. Lamentablemente para ellos, el dolor que sienten bien pudiera llevarlos a desear hacerlo sufrir a usted, y al negarse a perdonarlo ellos pudieran convencerse de que así usted recibiría su merecido. No hay modo de que sepan que usted ya está sufriendo el tormento de la culpa. Y es posible que no comprendan que el negarse a perdonarlo les hará más daño a ellos que a usted. El negarse a perdonar, la amargura y el resentimiento no hacen más que causar mayor infelicidad y más dolor emocional.
Sin embargo, ya sea que ellos lo perdonen o no lo perdonen, a usted le corresponde pedirles que lo hagan. Es posible que le respondan con palabras hirientes y con acusaciones que podrían causarle mucha molestia. De todos modos, el primer paso que debe dar para librarse del sentido de culpa es pedirles perdón.
El segundo paso, la restitución, durará el resto de su vida. No es algo que se hace una sola vez; es un continuo cambio de actitud y de conducta con relación a aquellos a quienes ha perjudicado. Si para pasar tiempo con sus hijos usted tiene que ver a su ex esposa, entonces  sea amable y respetuoso con ella. No le diga nada cuando ella lo critique y se queje.
Hay un muro de separación entre usted y sus hijos debido al dolor emocional que ellos sienten. Es a usted a quien le corresponde derrumbar ese muro al interesarse en la vida que llevan, asistir a las actividades y celebraciones en las que participan, y comunicarse a menudo con ellos. No importa si responden o no en seguida de una manera positiva. Si uno de ellos está participando en un juego de béisbol, vaya a ver el juego y anímelo desde las graderías. Si hay una actividad escolar, asista a ella. Si uno de ellos tiene una necesidad económica, ayúdelo conforme a sus posibilidades. No deje de hacer lo debido, y verá que tarde o temprano ellos corresponderán a sus atenciones.
Hable con su esposa actual acerca del sentido de culpa que lo aflige. Explíquele que sus hijos no merecían que usted los abandonara, y que usted era el responsable de esos hijos antes de conocerla a ella. Asegúrele que no hay razón alguna por la que ella debiera sentirse amenazada por la atención que usted les brinde a sus hijos, y que bien puede acompañarlo a cualquier actividad a la que usted asista. Si ella lo ama, le importará a tal grado lo que usted siente que le brindará apoyo emocional.
Dios no es como nosotros en el sentido de que siempre nos perdona cuando le pedimos perdón. Él no guarda rencor ni nos recuerda nuestro pasado. Pero sí espera que cambiemos de actitud y de comportamiento a fin de no repetir ninguna conducta destructiva.
Le deseamos lo mejor,

viernes, 1 de junio de 2012

EL FIN DE TODO: «LA MUERTE DE LA MUERTE»


Julio Azael Zepeda, de Barranquilla, Colombia, se probó el traje una vez más. Era un traje viejo, de más de cinco años, pero por eso mismo le tenía más aprecio. Todo lo encontró correcto: las medidas, el color, la tela, los adornos. Y como desde hacía cinco años, sonrío satisfecho.
Después de colgar el traje en el ropero, salió a la calle. En pocos días comenzaba el carnaval barranquillero, pero en la calle, inesperada e intempestivamente, lo atropelló un carro tirado por mulas. Julio Azael encontró la muerte, y allí en el ropero quedó esperándolo su traje de «La muerte». Porque ese era el disfraz que usaba con todo éxito cada año en el carnaval. Se vestía de muerte para desafiar a la muerte.
«Fue la muerte de la muerte», anunciaron los diarios de Barranquilla.
Aquí tenemos otra de tantas ironías de la vida. Julio Azael Zepeda se disfrazaba todos los años con el disfraz de Muerte: paños negros, esqueleto pintado, calavera pálida. Era uno de los mejores disfraces del carnaval de Barranquilla. Pero de tanto bromear con la Muerte, la Muerte de Carnaval, lo sorprendió la otra muerte, esa que no es un disfraz ni un chiste ni un carnaval: la muerte auténtica y verdadera.
Lo que llamó la atención fueron los titulares de los diarios: «Murió la Muerte»; «La Muerte encontró a la muerte»; «La muerte de la Muerte». Todos los titulares giraban en torno a la misma paradoja, la misma ironía, el mismo chiste macabro.
Sin embargo, el concepto de «la muerte de la muerte» es perfectamente bíblico. Es una de las promesas más grandes que Dios le ha hecho a la humanidad. Lo expresa en verso el profeta Oseas en el capítulo 13 de su profecía: «¿Dónde están, oh muerte, tus plagas? / ¿Dónde está, oh sepulcro, tu destrucción? / ¡Vengan, que no les tendré misericordia!» (v. 14).
Y en el libro del Apocalipsis, la última gran profecía de la Biblia, se estampa: «Ya no habrá muerte» (21:4). La muerte, que ha sido la compañera inseparable del hombre desde el día en que Adán pecó y ha sido la más temible experiencia de todas, un día dejará de existir. Ya no atacará más, ni morderá más, ni volverá a destruir felicidades e ilusiones, ni a provocar dolores y lágrimas.
Sólo Jesucristo, el Señor resucitado y viviente, tiene el verdadero y absoluto poder sobre la muerte y el sepulcro. Sólo Cristo tiene vida eterna para darnos.