lunes, 7 de septiembre de 2009

SE NECESITA UNA FAMILIA

Criar un niño es una tremenda responsabilidad. El hogar es el lugar en donde los niños aprenden quiénes son, qué pueden hacer, y qué se espera de ellos.

LO QUE LOS NIÑOS NECESITAN

El hogar es el lugar donde un niño desarrolla su sentido de seguridad y autoconfianza. Cuando el amor y los valores son comunicados libre y generosamente, un niño aprende a sentir que es valioso para su familia y, por lo tanto, se valora a sí mismo. Más importante, se siente que es muy valioso para Dios y otros.

Un niño también capta una visión de la vida en su hogar. Por ejemplo, si hay límites, disciplina y normas en el hogar, entonces el niño aprende que él no es la ley en sí mismo. Si no hay respeto por la autoridad dentro del hogar, él crecerá sin respeto por la autoridad fuera del hogar.

Por último, el hogar es en donde él recibe su primer concepto de Dios. Si en el hogar no hay amor, misericordia, gracia e interés por ese niño, entonces su concepto de Dios será distorsionado.

LO QUE OFRECE LA SOCIEDAD

Ha pesar de que he construido un convencedor argumento acerca de la importancia de la familia en la crianza de un niño, me temo que muchos de nosotros hemos permitido que extraños influencien a nuestros hijos. Los llevamos a clases de arte y de música, les animamos para que participen en deportes, clubes y más. Parece que hemos permitido que las mentes de nuestros niños sean moldeadas por toda clase de mensajes en el cine, la biblioteca, la televisión, los letreros publicitarios, ¡y eso sin mencionar la Internet!

Ahora, déjeme añadir rápidamente que no me molesta que los niños se involucren en actividades, o que estén expuestos a medios masivos, aprobados por los padres, pero justamente debemos reconocer el rol de la familia versus el rol de la comunidad ―o del mundo―, en la crianza de nuestros hijos.

Al intentar explicar la importancia de la influencia de los padres y de la sociedad en la vida de un niño, Hillary Clinton [Secretaria de Estado estadounidense] escribió un libro titulado: “It Takes A Village: And Other Lessons Children Teach Us” (Se necesita una villa: Y otras lecciones que los niños nos enseñan). Con todo respeto, estoy en desacuerdo con ella. Se necesita una familia para formar una villa o comunidad. Y se necesita una familia para criar a un niño.


QUÉ DEBEMOS HACER


El primer paso en recuperar nuestras familias de la sociedad y construir familias fuertes para nuestro Señor, es tener fe. Corresponde a los padres criar a los hijos con la verdad y el amor del Salvador. Una forma en que usted puede hacer esto, es comunicando valores acerca de la fe cristiana.

Crea en Dios por su hijo

Como padre o madre, usted debe creer en Dios por su hijo. En Marcos 9 leemos el relato del hombre que trajo a su hijo endemoniado para que Jesús lo liberara. Marcos 9:23 y 24 dice: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.”

Dios no puso la carga sobre el hijo para que crea. Dios puso la carga sobre el padre para que crea. El muchacho necesitaba alguien que tuviera fe por él. Él no tenía ningún poder para hacerlo. ¿Creerá usted por su hijo?

Instruya a su hijo en piedad

Es su trabajo divino el instruir a su hijo para que siga el curso de la vida que traerá a Dios la gloria. Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”

Instruir es más que enseñar. Invierta algún tiempo cada semana no sólo para hablar con sus hijos acerca de cómo vencer las tentaciones de este mundo, sino también entréneles para que sean vencedores. Si usted no lo hace, alguien más lo hará…o algo más lo hará.

Cuando usted instruye a sus hijos en importantes asuntos de la fe, usted enseña, modela, practica y memoriza la habilidad o lección, de esta forma no importa cuán rebeldes ellos quieran ser, tendrán la destreza, el conocimiento y el carácter para refrenarse a sí mismos. Sobre todo, cuando ellos son salvos, poseen el Espíritu Santo que les da poder contra las tentaciones de Satanás.

Le invito a que venga ante Dios, ahora mismo, y entregue su familia a Él. Preséntele cada necesidad que sus hijos tienen. Confiésele a Dios sus temores y fracasos como padre o madre. Regocíjese en su poder para perdonar y hacer nuevas todas las cosas. Pídale que le dé la clase de fe que necesita para criar a sus hijos en el camino que Él quiere. Ahora, crea que Dios le va a otorgar su petición, si la ha pedido con fe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario