viernes, 31 de mayo de 2013

LAS PAREJAS DE JÓVENES MENORES DE EDAD PUEDEN COMETER TODO TIPO DE ERRORES: PUEDEN CAUSAR HASTA LA MUERTE, ESTO ES CAUSADO POR EL VÉRTIGO

VÉRTIGO A TEMPRANA EDAD
por el Hermano Pablo

Al bebé, de dieciocho meses de edad, lo llevaron al hospital. Estaba en estado comatoso. Presentaba grandes hematomas en la cabeza y golpes en diferentes partes del cuerpo. No pudieron salvarlo. Murió en las manos del médico.
Acto seguido, se dieron a la tarea de hallar al responsable de las heridas. No había duda de que la criatura había sido golpeada. Se trataba de homicidio.
Tras rondar un poco por el barrio de donde venía el bebé, encontraron al padre y a la madre. Los dos eran los culpables. La policía no dio a conocer sus nombres. Eran menores de edad; tenía dieciséis años él, y quince ella.
Aquí tenemos un caso de vértigo, de vertiginoso aturdimiento juvenil. Una pareja de adolescentes hace vida conyugal cuando él tiene sólo catorce y ella apenas trece años de edad. Pasan dos años y tienen un bebé porque, de todos modos, tienen la capacidad biológica para engendrar.
Pero un matrimonio así no puede funcionar sin caer en el vértigo. Las peleas son constantes. Los insultos vuelan como chispas. Y cada dos por tres se van a las manos. El bebé con sus inocentes llantos contribuye a agravar la situación, y en cierto momento, ciego de rabia, el padre agarra un bate de béisbol y le da en la cabeza. Vértigo. Aturdimiento vertiginoso, producto de la impaciencia juvenil.
Todo se ha vuelto locura. Hay violencia por todos lados. Hay frenesí de fiestas. Hay delirio de danzas. Hay furia de drogas. Hay enloquecimiento de pasiones. Hay torrentes de discordias.
Podríamos seguir multiplicando las metáforas, pero la verdad está ahí, y es pasmosa. El mundo está en vértigo y no hay quien lo rescate. ¿Por qué se pusieron a vivir juntos dos adolescentes que recién estaban emplumando? ¿Dónde estaban los padres de estos jóvenes? ¿Quién bendijo esa unión?
El vértigo arrebata a nuestros hijos cada vez más temprano. La adolescencia comienza a los diez años. La juventud se quema a los veinte. A los treinta, hombres y mujeres están hastiados de todo, y a los cuarenta, si sobreviven a las inclinaciones suicidas, se hunden en el remolino de esta loca vida.
Lo que el ser humano necesita es paz. Paz en el alma. Paz en la mente. Y esa paz sólo Dios la da. Cuando permitimos que Cristo sea nuestro Salvador, la vida adquiere un ritmo normal. El corazón se calma, la conciencia descansa, el espíritu se serena, y entonces encontramos la paz. Sólo Cristo puede librarnos del vértigo de la vida. Entreguémosle nuestro corazón. Él quiere darnos su paz.

jueves, 30 de mayo de 2013

EL MALTRATO A MENORES DE EDAD ES CASTIGADO POR LA JUSTICIA EN COLOMBIA: BUSQUE AYUDA PARA QUE NO TENGA QUE IR A LA CARCEL

CASO 87.
Soy madre de cuatro niñas mujeres. Sus edades van de tres [a] quince años. Hace dos semanas castigué a mi hija mayor con un látigo muy fuerte, ya que ella no estaba obedeciendo. [Luego de que] ella [salió], mostrando las marcas [del castigo] en los brazos,... me sentí mal. Nunca lo había hecho de esa manera, pero quería que ella reaccionara.
Mi pregunta es: ¿Hasta qué edad debo corregir a mi hija físicamente? ¿Dice algo sobre esto la Biblia?
CONSEJO
Estimada amiga:
Sus preguntas son de interés para muchos padres de familia. La Biblia sí menciona la disciplina física de los hijos varias veces en el libro de los Proverbios. Sin embargo, no dice nada específico en cuanto a la edad apropiada ni a los métodos apropiados para ejercerla. Ante todo, los proverbios dejan en claro que es bueno disciplinar a los hijos a fin de que aprendan a portarse bien y a respetar a las autoridades a lo largo de su vida.
Aunque la disciplina bien pensada es algo que siempre vale la pena aplicar, la disciplina física es un tema tan polémico que hasta ha llegado a prohibirse en algunos países. La gran cantidad de casos de abuso físico infantil ha llevado a algunos legisladores a decidir que, a fin de evitarlo, a los adultos no se les debe dar la opción de disciplinar a los niños físicamente. En definitiva, la disciplina a la que se refiere la Biblia no es ninguna corrección que pudiera considerarse abuso físico.
Como padres que somos de cinco hijos, nosotros llegamos a la conclusión de que el darle una palmada en la mano a un niño pequeño era un modo eficaz de evitar que tocara una estufa caliente o un tomacorriente. La mayoría de los niños menores de tres años de vez en cuando necesitan que se les dé una palmadita en la mano o en las nalgas para evitar que corran peligro. Sin embargo, tan pronto como nuestros hijos llegaron a la edad en que podían comprender las consecuencias, cambiamos nuestros métodos. De ahí en adelante empleamos alternativas a la disciplina física porque estábamos convencidos de que esas alternativas eran más eficaces.
Cuando se le aplica la disciplina física a un niño pequeño, es sumamente importante que no se haga con enojo. Muchos padres hacen caso omiso de la desobediencia hasta que el niño hace que se enojen. Entonces la emprenden a golpes contra los hijos, pegándoles en los brazos, en las piernas y hasta en el rostro. Eso nunca es aceptable. El castigo físico apropiado sólo debe aplicarse en la mano o en las nalgas del niño pequeño, y sólo debe dolerle uno o dos segundos y nunca dejarle una marca. Nosotros creemos que la mano es el mejor instrumento de castigo debido a que uno puede sentir la fuerza con que está dando la palmada.
Siempre que sea posible, las consecuencias deben guardar relación con la manera específica en que el niño desobedeció. Por ejemplo, si la niña no entra en la casa cuando uno la llama, entonces no debe permitírsele salir al día siguiente. Si el niño deja su bicicleta en la calle, debe quitársele la bicicleta por algunos días. Las mejores consecuencias, y las más eficaces, son las consecuencias naturales.
Hay tres razones por las que creemos que usted se equivocó al castigar a su hija con un látigo. En primer lugar, ella es muy grande para que se le castigue físicamente. En segundo lugar, usar un látigo no es la manera aceptable de castigar a un niño. Y por último, el castigo le dejó marcas en el cuerpo, lo que quiere decir que usted empleó demasiada fuerza. Le recomendamos que le diga a su hija que lo siente mucho, y que le explique por qué estaba usted tan alterada. Además, haga una lista de consecuencias apropiadas para la edad que tiene ella y explíquele que se valdrá de esas consecuencias para castigar cualquier desobediencia futura.
¡El ser padre o madre no es nada fácil!
Linda y Carlos Rey
«CASTIGUÉ Y GOLPEÉ CRUELMENTE A MI HIJA»
por Carlos Rey


«¡Hoy me siento muy mal, pésimamente mal! Soy madre de dos niños, una de diez años y otro de dos y medio. Castigué y golpeé cruelmente a mi hija, y no quiero volver a hacerlo. Fue [porque me mintió acerca de] una tarea de la escuela.
»¿Cómo no enfurecerme? Le iba a dar dos correazos, pero ella corrió por toda la casa gritando y, a lo que la iba a castigar, me quitó la correa. Entonces me enloquecí y saqué el cable del DVD. La verdad, le di muy fuerte....
»Hoy me enteré por mi mamá que mi hija tiene marcado su cuerpo. Les juro que estoy tan arrepentida porque jamás quise hacerle daño, y menos de esa manera.... ¡Me siento tan mal! No sé qué hacer.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimada amiga:
»Lo primero que debe hacer es pedirle perdón a su hija. Explíquele que lamenta mucho el haberla castigado de ese modo. Es cierto que ella necesitaba un castigo, pero usted no lo hizo como era debido. Si usted no le pide perdón, no merecerá el respeto que espera que ella le muestre.
»La disciplina nunca debe depender de cuál es la persona más fuerte o la que puede dominar a la otra físicamente, y sin embargo esa es la impresión que usted le dio a su hija. En vez de motivarla a enmendar su conducta, usted la motivó a defenderse a como diera lugar.... Para más información acerca de la disciplina corporal, le recomendamos que lea el Caso 87 [en nuestro sitio www.conciencia.net] y que trate de poner en práctica esos principios.
»La disciplina eficaz nunca se aplica en términos generales. Se aplica de manera específica al comportamiento que debe corregirse. Así que, cuando el comportamiento tiene que ver con las tareas, la disciplina tiene que aplicarse a las tareas.... Hable en seguida con la maestra a fin de poner en marcha un sistema diario o semanal de notas, mensajes electrónicos o llamadas telefónicas para hacerle rendir cuentas a su hija. Casi todos los maestros están dispuestos a colaborar con los padres de sus alumnos a fin de que éstos sean más responsables en sus estudios. Su hija pensará que esa comunicación constante con su maestra es una forma de disciplina.... Además de procurar que su hija se haga más responsable, a usted le conviene hacer una lista de las consecuencias que ella tendrá que afrontar cada vez que no termine de hacer tareas o mienta al respecto. Puede, por ejemplo, quitarle tiempo frente a las pantallas del televisor y de la computadora, como también tiempo en compañía de sus amigos.
»Cuando se dé cuenta de que está enojándose con su hija, salga del lugar en que se encuentra. La disciplina jamás debe administrarse estando enojado. Espere a que esté calmada antes de afrontar cualquier conflicto. Nunca haga amenazas ni dé a conocer consecuencias a no ser que esté calmada y con pleno dominio de sus emociones. Y de ser posible, busque ayuda de parte de un consejero profesional o asista a clases que le enseñen a dominar su enojo sin recurrir a la violencia.».


jueves, 23 de mayo de 2013

LOS SECRETOS GUARDADOS LOS DESCUBRE DIOS ALGÚN DÍA: PERO TÚ PUEDES CONFESAR LOS AHORA

«NO SÉ SI DECIRLE A MI ESPOSA»
por Carlos Rey


«Tengo cincuenta y un años. Voy a cumplir veinticinco años de casado, tengo tres hijos maravillosos, y me considero un buen padre pero un mal esposo. Hace más o menos unos diez años conocí a una chica soltera [y] tuvimos una relación.... Ella quedó embarazada, y [ahora] tengo un hijo que va a cumplir dos años. Desde ese momento no ha habido paz en mi vida.
»No sé si decirle a mi esposa. Le causaría tanto daño, y yo tendría que abandonar mi hogar. En lo que puedo, le ayudo a mi hijo.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimado amigo:
»La buena noticia es que al fin le está remordiendo la conciencia y que usted está afligido al pensar en el dolor que le va a causar a ambas familias. Pero según mis cálculos, usted estuvo engañando a su esposa ocho años completos antes de que su novia quedara embarazada, y yo quisiera saber si no sentía ningún cargo de conciencia durante ese tiempo.
»Me parece que el contarle a su esposa acerca del hijo no le será un golpe tan duro como el haberle sido infiel, mintiéndole y engañándola en los últimos diez años. Usted dice que no ha habido paz en su vida desde que su novia quedó embarazada. Con eso da a entender que sí disfrutó de paz mientras estaba engañando a su esposa durante los primeros ochos años de esa relación ilícita.
»Ahora debe tomar una de dos decisiones. Puede optar por seguir viviendo como un mentiroso y un engañador, constantemente preocupado por la posibilidad de que se descubra su secreto. Esa es la salida cobarde, la que escogen muchos hombres. Llegará el día en que dejará de re morderle la conciencia, pero ese inocente niño crecerá sabiendo que usted está avergonzado de él y que nunca será parte de su vida como él quisiera. Y se preguntará constantemente qué hizo de malo para merecer un papá que niega que él existe.
»O, después de tanto tiempo, puede optar por hacer lo correcto y confesarte toda la verdad a su esposa y a los demás miembros de la familia. Claro que será demoledor para ellos, y tal vez su esposa lo bote de la casa. Eso es lo que usted merece, así que asuma la responsabilidad de su conducta y afronte las consecuencias. Si usted le ha puesto fin a esa relación romántica con la madre de su hijo, y si de veras está arrepentido de lo que ha hecho, es posible que, con el paso del tiempo, su esposa lo perdone. Sin embargo, ya sea que ella lo perdone o no, usted es responsable de su hijo tanto en el aspecto económico como en el emocional.
»Hay Alguien que lo perdonará a pesar de todo lo que usted ha hecho. Jesucristo murió en la cruz a fin de pagar el castigo eterno de ese pecado. Pero usted tiene que pedirle que lo perdone y luego resolver vivir conforme a las enseñanzas de la Biblia. Si de veras quiere paz para afrontar el futuro, esa es la única manera de obtenerla.».
Salmo 51: 51:1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
51:2 Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
51:3 Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
51:4 Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
51:5 He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
51:6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
51:7 Purificarme con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
51:8 Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.
51:9 Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
51:11 No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
51:12 Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.
51:13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,
Y los pecadores se convertirán a ti.
51:14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.
51:15 Señor, abre mis labios,
Y publicará mi boca tu alabanza.
51:16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;
No quieres holocausto.
51:17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
51:18 Haz bien con tu benevolencia a Sion;
Edifica los muros de Jerusalén.
51:19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
el holocausto u ofrenda del todo quemada;
Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

lunes, 20 de mayo de 2013

¿ POR QUE GOLPEAN LOS HOMBRES A SUS ESPOSAS?

VIOLENCIA FAMILIAR
por el Hermano Pablo

Eran tres niños, hermanitos los tres, de seis, siete y ocho años de edad. Con ojos aterrorizados y temblando de miedo, no podían dejar de mirar. ¿Qué estaban mirando? Veían cómo su padre le daba una paliza brutal a su madre. La escena la describe un diario de América Latina.
El hombre enfurecido, a la vista de sus tres hijitos, golpeaba brutalmente a su esposa. ¿Cuál era la causa? Nadie sabe. Los niños sólo decían: «Papá estaba muy enojado.» Pero una palabra lo describe todo: violencia.
La violencia doméstica, aunque en la vida diaria no es nada nuevo, en las crónicas de los diarios y en los tribunales sí lo es. Es algo que ha recrudecido en las últimas décadas. Y esta crónica nos obliga a tocar dos puntos: la violencia entre padres, y su efecto en los hijos.
Algunos dicen que la violencia familiar la incita la familia misma, pero eso es ver el asunto de una manera superficial. La violencia nace en el corazón. Está adentro de uno como lo estaba en el corazón de Caín, y sólo necesita una muy pequeña provocación para estallar.
Decimos que es culpa de la mujer, o de los hijos, o del jefe o de otro, pero no lo es. Procede del corazón herido y confundido que vierte su frustración sobre los que están más cerca. Cuando el tronco está malo, todo el árbol lo está. Cuando el corazón vive en amargura, la persona en la que late reacciona con violencia.
¿Y qué de los hijos? No hay nada en todo el mundo que frustre y confunda y atemorice más al niño que ver a sus padres peleándose, especialmente cuando son encuentros violentos. Y si la criatura tiene dos, tres o cuatro años de edad, esos disgustos tienen efectos desastrosos que afectan toda su vida. Un sociólogo investigador dijo: «Cuanto más violenta es la pareja, de las que hemos entrevistado, más violentos son los hijos.» Por cierto, la violencia en los padres viene de la violencia en los progenitores de ellos.
¡Cuánto necesitamos paz y tranquilidad en nuestro corazón! ¡Cuánto necesitamos al Príncipe de paz! Y ese Príncipe de paz existe. Es Jesucristo, el Hijo de Dios. Él dijo: «La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden» (Juan 14:27).
Entreguémosle nuestro corazón a Cristo. Si el enojo ha sido nuestra debilidad, hagamos una sincera declaración de humilde arrepentimiento. Cristo conoce nuestra intención y Él quiere ayudarnos. Permitámosle entrar en nuestro corazón. Él nos renovará en lo más profundo de nuestro ser.

jueves, 16 de mayo de 2013

¿ QUÉ HACER CUANDO LOS HIJOS NO QUIEREN ESTUDIAR NI TRABAJAR?



Hijos perezosos: ¿es una cuestión de educación o de personalidad?

¿Qué hacer cuando los hijos no quieren estudiar ni trabajar? ¿De qué modo orientar los para que no desperdicien el tiempo?
Hijos perezosos: ¿es una cuestión de educación o de personalidad?
Una de las mayores preocupaciones de los padres se centra en la falta de compromiso de los hijos. “Por más pequeños que sean los hijos, deben tener desde muy niños muy claras sus obligaciones.
Los hijos son especialistas en proclamar y exigir derechos, pero no se detienen a pensar que también tienen deberes que cumplir y metas que alcanzar.
Es importante que los adultos tengan lucidez en estos dos aspectos ya que si logran su incorporación desde muy temprana edad, no tendrán problemas durante el desarrollo educativo”, comenta la psicopedagoga española Loreto Quintana Ballús.
La primera medida que hay que adoptar es un cambio de actitud por parte de los padres.“Son los adultos quienes tienen que crear los límites, las medidas y las costumbres a adoptar en el hogar y fuera de él.

Los valores, el nivel de compromiso y el nivel de responsabilidad tienen que partir de los padres”, reflexiona la profesional.

Hay que tener mucho cuidado con las etiquetas. “La palabra “vago” es ambigua e imprecisa. Hay que prescindir de su uso ya que de lo contrario, el niño se lo creerá, su autoestima bajará y sentirá que es inútil todo esfuerzo que realice.
Los padres tienen que evitar lasobreprotección.“Es un error muy frecuente en el que caen los adultos.

Los niños no son indefensos y tienen que aprender a defenderse por sí solos, tienen que poder sobreponerse y recuperarse de los problemas existentes.

Eso los ayudará a crecer y a asumir sus cargas con responsabilidad y seriedad. La independencia en su justa medida es un regalo que los padres deben entregarle a sus hijos
”, opina la especialista.
Instaurar el orden en el hogar y las rutinas. “Puede resultar aburrido tanto para los mayores como para los pequeños, pero es importante que ninguna de las partes prescinda de estos factores ya que son la base de absolutamente todo.


Los niños deben ayudar en casa, ordenar sus juguetes y acatar las órdenes sin quejarse. Esto les ayudará mucho para cuando sean grandes.

Hay que hacer un esfuerzo cuando son niños para que de grandes todo sea más sencillo y llevadero
”, comenta Quintana Ballús. Establecer un tiempo para jugar y uno para estudiar.

Es un hábito muy bueno fijar un día específico para hacer la tarea, para repasar un cuento o la actividad intelectual que sea, pero precisarla y no mover la de fecha.

El niño irá asociando de a poco las tareas que tiene que hacer con los momentos establecidos y eso es muy positivo ya que verás la ejecución de las labores como algo natural, parte de un proceso lógico que se establece en el hogar como el comer, bañarse, jugar o mirar la televisión.
El elogio es una herramienta muy poderosa y positiva.“Cuando el niño hace algo bien hay que felicitarlo y estimularlo. La sonrisa es importante. El pequeño se tiene que sentir un héroe, orgulloso de lo que ha hecho.

De esta manera querrá repetir la acción. Será agradable para ambas partes. Hay que probarlo para que se vea que es un arma que nunca falla”
, aconseja la experta.
El castigo es otra de las herramientas que tienen los padres al alcance de la mano para que los niños entiendan qué se puede realizar y qué no.

Una buena manera de establecer normas es la de quitarle al niño un juguete o de restringir un espacio de diversión. Es doloroso, pero es un modo que sirve mucho para que los hijos comprendan cuáles son los límites.

Seguramente bastará una sola vez para que aprendan. Acto y consecuencia. Siempre funciona
”, destaca la profesional.
La pereza es una actitud que se engendra por la falta de educación.“Todo comportamiento nocivo se puede revertir siempre y cuando se haga el cambio en la niñez.

Luego es muy difícil que un joven transforme sus actitudes, al contrario, puede acentuarlas. Es conveniente llegar a la adolescencia con la actitud adecuada ya que si no, será muy complejo revertir”
, explica la psicopedagoga.

Si este tipo de situación sucede, aunque el trabajo sea más arduo, hay que comenzar con los límites.“Los adolescentes intentarán correr el margen de los límites, pero los padres deben ser fuertes y no moverse de ellos.

Hay que encontrar la manera de llegar a acuerdos. Los gritos, las amenazas o la violencia no encierran nada bueno.

Hay que intentara acercarse a ellos, hacerles entender los esfuerzos y sacrificios que se hacen en pos de una vida mejor para ellos. Intentar sensibilizarlos ya acompañarlos durante los cambios a los que están expuestos que son muchos.

La comunicación y el dialogo son claves
”, finaliza diciendo la psicopedagoga.









sábado, 11 de mayo de 2013

EL ALCOHOLISMO SIGUE SIENDO UNO DE LOS MALES MÁS GRANDES DE ÉSTE SIGLO

«MI MADRE TOMA TODOS LOS DÍAS... Y YO TAMBIÉN»

«Soy una madre de dos niños [menores].... Soy alcohólica. Mi madre ha tomado toda su vida.... Nunca he tenido hogar con nadie, ni [siquiera] con el padre de mis hijos. No quiero compromisos con nadie; sólo con mi madre y mis hijos. El problema es que mi madre toma todos los días... y yo también....
»Quiero cambiar mi vida, pero me cuesta mucho.... Mis hijos sufren. [Estuve internada] en el [hospital] psiquiátrico [un mes] el año pasado y [un mes] este año. ¿Qué hago? ¡Ya no aguanto más; me quiero morir!»

«Estimada amiga:
»Usted menciona que sus hijos sufren a causa de su alcoholismo. En eso sí que tiene razón. Pero ellos no sólo sufren ahora; sufrirán también por el resto de su vida. Cuando usted y su mamá se encuentran bajo los efectos del alcohol, hacen y dicen cosas que hieren a sus hijos....
»Recuerdo lo impotente que me sentía cuando mi mamá estaba bajo los efectos del alcohol. Yo le rogaba que no bebiera. Hacía lo posible por derramar el contenido de las botellas en el desagüe. Constantemente trataba de imaginarme qué podía hacer yo para que dejara de beber. Pero no había nada que diera resultado. Ella no hacía caso. Como yo era la mayor de sus hijos, aprendí que me tocaba a mí cuidar a mi hermana y a mi hermano menor, porque mi mamá estaba tan ebria que ya ni sabía que estábamos presentes....
»Peor aún eran las mañanas que seguían. Ella no recordaba lo que había hecho la noche anterior, y no quería hablar acerca de eso. Nunca se disculpaba por la manera en que nos trataba, como tampoco por la vergüenza que nos hacía pasar. Ella ni siquiera creía que había hecho ni que había dicho semejantes cosas. Así que aprendimos a portarnos como si nada hubiera sucedido; y luego ocurría vez tras vez, toda mi niñez encerrada en un círculo vicioso, impotente para salir de ahí o lograr que dejara de beber....
»Usted dice que quiere morir. ¿Por qué será que dice eso? Porque la muerte es la salida más fácil. Al morir, usted no tendría que esforzarse por hacer lo más difícil, que es dejar de beber. En vez de buscar esa salida, le suplico, por el bien de sus hijos, que busque hoy mismo un grupo de Alcohólicos Anónimos. Llámelos y haga una cita para reunirse con ellos, ya que sabrán ayudarla.
»¿Sabía usted que también puede recibir ayuda sobrenatural? Hay Alguien que desea que usted lo invite a que intervenga en su caso. Dios está dispuesto a formar parte de su vida y darle la fuerza que usted necesita. Si usted de veras quiere cambiar su vida y la de sus hijos, pídale al Padre celestial que la ayude. ¡Dios está esperando que usted se comunique con Él!