sábado, 11 de agosto de 2012

HÉROES EN ACCION

LOS HÉROES NO NACEN, SINO QUE SE HACEN

Inmensa y vasta era la majestad de los Alpes. La nieve orlaba los altos picos. El cielo se veía muy azul. Y la cabaña, verdadera cabaña suiza, ofrecía un refugio cálido y acogedor. El hombre y su hijo se prometían tres días de descanso, de recreo y de paz.
Walter Strubb, el padre, abrió una lata de conservas y se dispuso a almorzar con su hijo Paul. Pero algo había en la conserva. Walter sufrió una súbita y fulminante intoxicación. Bajo el peso del dolor inaguantable, cayó al suelo sin sentido. Paul no pudo despertar a su padre del desmayo en que había caído.
Sin ver otra alternativa, Paul descendió montaña abajo hasta la villa, más de diez kilómetros, y dio la noticia del caso. Varios miembros de un equipo de socorro subieron de inmediato a la cabaña y lograron salvar al padre de Paul con la ayuda médica que le prestaron.
Pero lo que hizo Paul fue toda una hazaña. Fue una hazaña porque Paul, debido a una deformación de la espina dorsal, estaba impedido para caminar. Tuvo que bajar arrastrándose entre piedras y nieve para llegar a la villa. Y por si eso fuera poco, Paul sólo tenía siete años de edad.
Dicen que los héroes no nacen, sino que se hacen. La persona más sencilla y humilde, aun la más apocada e insignificante, puede convertirse en héroe cuando las circunstancias lo exigen.
El espíritu heroico no viene de los genes. Lo produce una urgente necesidad, unida a un corazón altruista y compasivo. Bajo circunstancias normales, Paul Strubb no pudiera haber hecho lo que hizo. La urgente necesidad de su padre, junto con el corazón tierno y humanitario del hijo, produjeron el héroe.
¿De dónde saca fuerzas el que, de repente, se ve frente a una emergencia? ¿Será que Dios mismo interviene en tales casos? Hay buenas razones para creer que sí. La fe en Cristo reviste de heroicidad a cualquier persona que clama a Él.
Un joven tímido puede salvar a una persona de un edificio en llamas. Una niñita de cinco años puede, a medianoche, encontrar una ambulancia. Una humilde madre puede comportarse como leona si se trata de defender a sus pequeños. Y un niño impedido, de siete años, puede descender los Alpes en busca de ayuda.
El héroe no nace, sino que se hace. Se hace cuando, en medio de la crisis, busca ayuda divina. El ejemplo magistral fue el de Jesucristo, que soportó la crueldad de la cruz para salvar a la humanidad. Cuando la situación parece imposible, no desmayemos. Clamemos de corazón a Dios. Él nos dará la fuerza necesaria para ser héroes.

sábado, 4 de agosto de 2012

DIOS NUNCA NOS ABANDONARÁ: «MI PADRE... NUNCA ME HA PRESENTADO A SU FAMILIA»

«Soy hijo ilegítimo con cuarenta y dos años cumplidos. Mi padre aún vive. Lo quiero mucho. Él siempre ha estado pendiente de mí y de mi madre, aunque nunca me ha presentado a su familia.... Su decisión ha sido mantenerme en secreto. Creo y pienso que debo respetarla....
»El caso es que él ahora está muy avanzado de edad, por lo que ya casi no nos visita.... En su última visita, le hice saber mi preocupación de no saber cuándo le suceda algo lamentable. Pero él no me dijo nada; sólo se nos aguaron los ojos a ambos. Sin obtener respuesta, nos despedimos muy afligidos....
»Quisiera poder ayudarle y compartir más tiempo con él, como siempre he querido. No sé si será prudente abordar la situación con su familia. No sé cómo lo tomarán sus hijos legítimos, si aparezco ahora después de tanto tiempo, como de la nada.... Sólo deseo acompañarlo. Me siento como un hijo ingrato, y sufro mucho por eso, así como cuando no lo tenía conmigo en las fiestas y eventos de mi vida.»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimado amigo:
»¡Lamentamos mucho el dolor que le ha causado, una y otra vez, el secreto que ha tenido que guardar durante los últimos cuarenta y dos años! Cuando usted mencionó la ausencia de su padre en las fiestas y en las actividades de su vida, resaltó el hecho de que esa es una situación que le ha causado gran angustia toda su vida. Su frustrado anhelo actual de pasar más tiempo con su anciano padre no es más que la culminación del sufrimiento emocional que usted siempre ha sentido....
»Por mucho que le duela a usted ahora, su papá tomó varias decisiones equivocadas. En primer lugar, tuvo relaciones íntimas con su mamá sin la ventaja que ofrece el matrimonio. Luego decidió que no le diría nada a su familia acerca de la existencia suya. Después de años de guardar esos secretos, se le hizo cada vez más difícil reconocer la primera decisión terrible que había tomado, y luego la segunda. Sin duda él se había formado una imagen de sí mismo con su esposa y sus hijos que la revelación de la existencia suya hubiera destruido.
»No podemos decirle a usted lo que debe hacer ahora. La decisión es suya. Si usted decide revelarle su identidad a la familia de su padre, tendrá el mismo efecto que si tratara de vengarse de él. El trauma emocional en la vida de ellos no se comparará con el dolor que usted ha sentido, pero así usted dejará de ser una sombra. En cambio, si decide seguir respetando la decisión de su padre de mantener en secreto su existencia, entonces debe conservar el recuerdo de esa última vez que se vieron como su último adiós....
»Nuestro Padre celestial es padre de los huérfanos,1 y quiere ser el padre que usted nunca ha tenido. Hable con Él como quisiera haber podido hablar con su padre biológico. Él es el único que puede sanar las heridas de su corazón. Le aseguramos que Él nunca lo abandonará.
»Le deseamos lo mejor,
.

1Sal 68:5