sábado, 20 de abril de 2013

NUESTRAS MALAS DECISIONES Y ERRORES NOS LLEVAN A OFENDER Y LASTIMAR LA FAMILIA: PERO EL PERDÓN DE DIOS Y NUESTRO CAMBIO DE ACTITUD NOS DEVUELVEN LA FAMILIA

«EL CARIÑO Y EL AMOR LOS HE PERDIDO»
por Carlos Rey


«Hace unos años, [conocí a] una mujer con cuatro hijos. Hoy tiene dos más [que son míos.] Lo cierto es que al ver que ella era mayor que yo, empecé a mostrarle despecho y todo aquello que pudiera hacerla alejar de mi vida. Casi le deshice la vida... a tal extremo que estando con ella, estaba también con otras mujeres. Olvidé por completo mi papel de padre y mi rol como esposo....
»¿Qué puedo hacer para ganarme por lo menos su respeto, ya que el cariño y el amor los he perdido, tanto [el] de [ella] como el de mis hijos? Por favor, denme una solución para lograr acercarme a ellos con confianza.»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimado amigo:
»Lo felicitamos por reconocer el daño y la destrucción que ha causado en su familia.... No sabemos qué lo llevó a usted a cambiar su actitud y su conducta, pero lo animamos a que se mantenga firme en esta nueva determinación de hacer lo debido con relación a su familia.
»Es fácil disculparse por su conducta, así como es fácil decir que jamás volverá a hacerlo. Pero también es fácil enojarse y frustrarse cuando la gente no parece creer en su sinceridad, ni creer que de veras va a cambiar. Usted debe reconocer que ha herido a su familia a tal grado que su sanidad requiere tiempo. Los apuñaló en las emociones, y luego retorció el cuchillo hasta dejar la herida abierta e infectada. Ahora que el cuchillo no está dentro, la herida tiene que tratarse con cuidado y con ternura, dándole tiempo para que sane.
»Cada día, trate a su esposa y a sus hijos con respeto. Pase tiempo con ellos, en actividades que les gustan a ellos, aunque no parezca que estén agradecidos. Siempre esté en casa cuando así lo haya prometido, aun en las ocasiones en que su esposa parece fría e indiferente. Todos los días, dígales a su esposa y a sus hijos que los ama, aunque ellos no le digan lo mismo a usted. Abrace a sus hijos, aunque se queden rígidos. Escuche a su esposa cuando ella habla, y hágale preguntas que demuestren que usted está interesado en lo que ella dice.... Lleve a su familia al parque o al zoológico. Ayude en los quehaceres domésticos, y muestre aprecio por el esfuerzo que hace su esposa para que su casa sea más acogedora o atractiva.... Identifique tres cosas cada día que sirvan de motivo para elogiar a su esposa. Y cuando se olvide y no actúe como se había propuesto, pida disculpas en seguida y reconozca su error.
»Dios es el único que perdona y olvida. Cuando usted le pida que lo perdone, es como si usted nunca hubiera pecado. Todo su pecado ha sido borrado por lo que hizo Cristo en la cruz por cada uno de nosotros. Pero a las personas, a diferencia de Dios, les resulta difícil olvidar. Necesitan suficiente tiempo y pruebas contundentes antes de proceder como si nada hubiera sucedido.
»Su familia merece todo el esfuerzo que usted haga por recuperarla,
»Linda y Carlos Rey
http://cvclavoz.com/devocionales/se-rompio-algo-en-tu-vida/

jueves, 11 de abril de 2013

LA VIOLENCIA LA APRENDÍ EN MI HOGAR, PERO AHORA QUIERO DEJARLA

«SIENTO IMPULSOS AGRESIVOS»
por Carlos Rey

«Cuando era niño, mi mamá me maltrataba mucho. Me crié sin mi papá, puesto que él nos dejó cuando tenía tres años.... He estado trabajando duro en [ese aspecto], tratando de olvidar por completo los malos momentos que viví cuando era niño... pero se me hace muy difícil a veces controlar y manejar lo que pienso y siento. Siento impulsos agresivos que me hacen sentir que puedo hacerles daño a las personas sin ninguna razón específica, y me hace sentir triste eso puesto que jamás quisiera agredir o maltratar a nadie.... Necesito su ayuda para lograr eliminar por completo estos sentimientos y pensamientos que tanto me hacen sentir mal.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimado amigo:
»Lamentamos mucho que haya vivido una niñez tan difícil. A pesar de todo lo que sufrió, al parecer usted ha llegado a ser un hombre honorable con sueños de llevar una vida diferente y de formar un hogar estable....
»Cuando piense en las cosas que le sucedieron, en lugar de concentrarse en el horror, trate de enfocarse en cómo esas situaciones traumáticas han contribuido a lo que usted ha llegado a ser. Trate de agregarle una cualidad positiva a cada memoria negativa y tenga presente la manera positiva en que lo formó la adversidad. Es probable que usted sea independiente, decidido, autosuficiente y motivado precisamente porque quiere... una vida diferente de la que tuvo [en su niñez]....
»Su enojo bien pudiera disminuir a medida que comience a pensar de un modo diferente acerca de su pasado. Sin embargo, también debe buscar formas positivas de desahogar ese enojo en lugar de sólo desear que desaparezca. Una buena manera es anotar las cosas que sucedieron y cómo hicieron que se sintiera cuando era niño. Escriba descripciones completas de cómo esas memorias hacen que se sienta hoy día. No deje de escribir hasta que sienta cierto alivio, y vuelva a hacerlo la próxima vez que sienta aflorar ese enojo.
»Luego anote enseñanzas de la Palabra de Dios que pueden ayudarlo cuando surgen esos sentimientos negativos. Una de esas enseñanzas, escrita por el apóstol Santiago, es: “Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.”1 Memorice ese pasaje y otros, y recítelos varias veces cada día. Pídale a Dios que lo ayude a desahogar ese enojo de formas positivas para que no sienta el impulso de manifestar un enojo destructivo.
»Adopte la costumbre de alejarse de cualquier situación en la que sienta un enojo destructivo.... Si usted se aparta de las personas cuando siente ese enojo, jamás agredirá o maltratará a nadie.»
1Stg 1:19b-20


1:19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 
1:20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 

viernes, 5 de abril de 2013

BUENOS SENTIMIENTOS Y BUENAS COSTUMBRES O MALOS SENTIMIENTOS Y MALOS VALORES ÉTICOS

VINO, MUJERES Y CANTO
por el Hermano Pablo

Su vida, desde su juventud, había transcurrido, como reza la opereta de Strauss, entre «vino, mujeres y canto». Le encantaba la vida alegre y todo lo que tuviera buen gusto. Había acumulado en su casa una bodega de los mejores vinos europeos, franceses, alemanes, españoles e italianos. Y había acumulado también muchas novias y muchas canciones.
Sin embargo, después de veintisiete años de matrimonio, cuando Peter Graham, magnate inglés, se divorció de su esposa Sarah, ella se vengó de él de un modo muy extraño. Saqueó la bodega de Graham, repartiendo cientos de botellas en todas las casas del pueblo. Le representó una pérdida de 35 mil dólares. «Es mi venganza —explicó Sarah—. Podrá tener mujeres y canto, pero no tendrá más vino.»
Esto nos lleva a tres reflexiones en particular. La primera es que la canción «Vino, mujeres y canto» pueda que suene muy linda en la opereta de Strauss, pero en el diario vivir nunca produce efectos sanos. Ni beber vino en exceso es bueno, ni es bueno tener más de una mujer ni pasarse la vida cantando. Porque no es bueno nada que se hace en exceso y fuera de la moral divina.
La segunda reflexión es que divorciarse de la esposa porque sí, porque ya se ha puesto vieja y hay muchas muchachas jóvenes al alcance, no sólo revela una mente raquítica, sino que es una perversidad. Según el plan y la voluntad del Autor de la vida, los casados deben permanecer unidos para siempre. «Hasta que la muerte los separe» es el voto que generalmente se han hecho.
La tercera reflexión es que ninguna venganza es buena. La venganza nunca trae satisfacción permanente, nunca produce felicidad, nunca enaltece el alma y nunca purifica el espíritu. La venganza, cualquier venganza, como engendro de Satanás que es, produce sólo deterioro, injuria y destrucción.
¿Cómo podemos librarnos de estas emociones que nos embargan? Si la venganza destruye, ¿cómo podemos librarnos de ella? Cuando sometemos nuestra voluntad a Cristo, Él nos da una vida nueva, vida que, por ser la de Cristo implantada en nuestra alma, es pura, honesta y santa. Y comenzamos a sentir sus efectos de inmediato.
En esta vida nueva no hay descuidos morales. No hay excesos que dañan. No hay odio ni resentimiento ni venganza que destruye. Sólo hay virtudes, sentimientos sanos y una nueva fe. Con Cristo cada uno es una nueva persona, digna, limpia, recta y justa. Por eso, por nuestro propio bien, no hay nada que más nos convenga que someternos al señorío de Cristo.

jueves, 4 de abril de 2013

UNA ORACIÓN EN MEDIO DE LA OSCURIDAD

CIEN HORAS DE OSCURIDAD
por el Hermano Pablo

El niño, Josué Dennis, tenía apenas diez años de edad cuando ocurrió lo inesperado. Se perdió en un dédalo de galerías interminables de una mina abandonada. Pero no fue cuestión de unos momentos. Fueron cien horas. Cuatro días. Cuatro días de oscuridad casi total. Cuatro días sin comer ni beber. Cuatro días sin ver a nadie. Cuatro días oyendo sólo el apagado rumor de una corriente de agua en las entrañas de la tierra.
Josué iba con un grupo de compañeros que andaban de excursión, y parte del paseo incluía explorar una mina abandonada. Quién sabe cómo, el niño se separó de su grupo y, en medio de la oscuridad, no pudo encontrar la salida. Pero lo halló una patrulla de rescate. Estaba extenuado, pero vivo.
«Recordé las palabras de mi madre —dijo Josué—. Ella decía: “Cuando te veas en alguna dificultad, ora.” Y yo estuve orando a Dios todo el tiempo, pidiéndole que me vinieran a rescatar.»
¿Tiene algún valor la oración? ¿Hay algún beneficio, o más aún, alguna validez en levantar nuestra voz al cielo pidiendo de Dios su ayuda? Algunos han dicho que la oración no es más que una actitud de último recurso que no vale ni el aliento que empleamos en expresarla. Y lo cierto es que si nuestras oraciones, o nuestros rezos, no son más que clamores de angustia de último momento, a fuerza de alguna emergencia, quizás entonces no tengan valor.
En cambio, si hemos establecido una relación personal con Dios, si Cristo es nuestro amigo porque lo hemos recibido como el Señor de nuestra vida, y si sabemos con absoluta seguridad que Él nos oye, nuestra oración recibirá una respuesta divina.
Cualquiera puede pasar por períodos de tristeza y desaliento, de pobreza y abandono, de enfermedad y dolor, porque estas son contingencias comunes de la vida humana. Pero el que tenga fe en Dios, si ora con la confianza de un niño porque cree en Él, podrá soportar toda situación sin caer en la desesperación y sin renegar de Dios. La fe en Cristo será siempre una llama encendida que nada puede apagar y que siempre disipa cualquier clase de sombras.
Si hacemos de Jesucristo el Señor y Salvador de nuestra vida, una luz se encenderá en nuestra alma: la luz de la esperanza, la luz de la fe. Y con esa luz, o encontraremos la paz que Dios da en medio del dolor, o encontraremos la salida de cualquier caverna adversa en la que estemos. No nos alejemos de Dios. No perdamos la fe. Mantengamos viva la comunión con Cristo. Él quiere ser nuestro amigo.

LA INTERNET ES UNA HERRAMIENTA MARAVILLOSA QUE HA ENRIQUECIDO NUESTRAS VIDAS, PERO TAMBIEN PUEDE SER UNA ARMA DESTRUCTIVA CAPAZ DE HERIR AL INOCENTE Y A LA VEZ AL CULPABLE


«FOTOS... HACIENDO COSAS INDECOROSAS»
por Carlos Rey


«Mi novia me engañó, y encontré fotos de ella con él, haciendo cosas indecorosas. Pero ella no sabía que yo tenía dichas fotografías, y lo que hice fue subirlas a la Internet [para] que todos vieran eso, [incluso] sus compañeros de clase. Le hice daño... y ahora me arrepiento.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimado amigo:
»La Internet es una herramienta maravillosa que ha enriquecido nuestras vidas, pero también puede ser un arma destructiva capaz de herir al inocente y a la vez al culpable. A usted lo hirió el engaño de su novia,  y quiso que ella sintiera algo del dolor que usted estaba sufriendo. Así que logró su objetivo mediante el uso de la Internet. Pero tal como lo descubren la mayoría de las personas, la venganza no fue tan placentera como usted pensó que sería.
»Nunca puede borrarse de la mente lo que aparece en la Internet. Claro que puede quitar las fotos, pero el daño ya está hecho. Las imágenes produjeron reacciones en cada una de las personas que las vieron, y sin duda es por esas reacciones que usted ahora lamenta lo que hizo....
»El apóstol Pablo enseñó: “No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos.”1 “Delante de todos” quiere decir que todos los demás estarán al tanto de lo que hacemos. Sin embargo, la Internet hace que sea posible hacer lo malo sin que nadie jamás se entere de quién lo hizo.
»Los blogs y los sitios en la Internet a veces se crean de manera anónima con el fin de difamar a personas y organizaciones. Las redes sociales dan refugio a delincuentes y pedófilos que acechan a los inocentes y a los incautos mediante identidades falsas. Y los adolescentes malogran la reputación de sus amigos al publicar fotos e información comprometedoras, todo sin revelar su propia identidad.
»Por supuesto que debe pedirle perdón a su ex novia por lo que usted hizo, pero es posible que ella no esté dispuesta a perdonarlo. ¿Qué puede hacer usted, entonces, para aliviar su conciencia, que con razón lo está acusando? Confiésele su pecado a Dios, y pídale que lo perdone. Si usted es sincero, y si de veras está arrepentido, Él lo perdonará. Su Hijo Jesucristo murió a fin de llevar el castigo por lo que usted hizo, así que usted no tiene que afrontar el castigo eterno que merece por su pecado.
»Sea un ejemplo de bondad, honradez e integridad. Quien es íntegro hace lo correcto aun cuando nadie lo esté observando. Haga lo debido cuando la gente puede verlo, y haga lo debido cuando la gente no puede verlo.... Tarde o temprano el recuerdo de este triste episodio desaparecerá, pero su recién cultivada integridad y relación con Cristo lo acompañarán de aquí en adelante.»
1 Ro 12:17