viernes, 28 de octubre de 2011

«SÓLO ERA CUESTIÓN DE TIEMPO PARA MATAR A MI PADRE»

«SÓLO ERA CUESTIÓN DE TIEMPO»


Voy a matar a mi padre —advirtió el joven de diecisiete años de edad.
Su amigo, también de diecisiete, le respondió, riéndose:
—No digas tonterías.
Y compartieron ambos un cigarrillo de marihuana.
—Voy a matar a mi padre —volvió a decirle el mismo joven al mismo amigo diez días después.
Así fue por varias semanas: siempre esa terrible declaración. Hasta que un martes 22 de febrero, Cristóbal Galván cumplió su intención. Mató de varios balazos a su padre Esteban Galván. Acto seguido, se mató él mismo. Fue así como se desarrolló este drama familiar, relatado escuetamente.
En más detalle, el muchacho, estudiante secundario, alto, rubio, bien parecido, vivía atormentado por problemas de personalidad. Además, era víctima del uso insensato de drogas como la marihuana, el crack y la heroína. Su madre había muerto de pena varios años atrás por el divorcio que había sufrido a manos de su padre, que era autoritario y exigente.
Ahí estaban el escenario y los elementos del drama, trágicamente dispuestos. Los personajes jugarían cada uno su papel impecablemente. ¿Qué era lo que hacía falta? El momento inevitable. El testimonio a la policía del amigo de Cristóbal, Jaime Carieri, lo explicaba todo: «Sólo era cuestión de tiempo.»
Aquí cabe hacernos la pregunta, franca y directa: ¿Será posible que se esté incubando en nuestro hogar un drama parecido? ¿Se estarán juntando los elementos letales que pueden desencadenar una tragedia? ¿Hay drogas en nuestra casa? ¿Hay licor? ¿Hay armas? ¿Hay irritación? ¿Hay encono? ¿Hay violencia?
Esos elementos, como hojas secas, se encienden con una sola chispa. La violencia suele estallar súbitamente sin que haya, al parecer, ninguna razón ni motivo. Y casi no hay hogar que esté inmune a ella.
¿Qué podemos hacer? ¿Cómo prevenimos una tragedia en nuestro hogar, en nuestra familia, en nuestra vida?
Lo cierto es que si no tenemos una relación íntima con el Señor Jesucristo, difícilmente tendremos la motivación para controlar esos momentos de crisis. Todos somos lo que es nuestro corazón. La Biblia dice: «De la abundancia del corazón habla la boca» (Mateo 12:34). Todo lo que somos y todo lo que hacemos viene de las intenciones, buenas o malas, de nuestro corazón.
Cristo quiere darnos un nuevo corazón. Él quiere perdonarnos y bendecirnos. Démosle, hoy mismo, nuestra vida. A cada uno nos hará una nueva persona.

sábado, 22 de octubre de 2011

«PELÍCULAS PROHIBIDAS PORQUE SON PORNOGRAFIA»

«PELÍCULAS PROHIBIDAS»
«Tengo un hijo de diecisiete. He tratado de protegerlo de todo. Hubo una etapa de mi vida en la que no sentía deseos de estar con mi esposo sexualmente. Él trajo a casa unas películas prohibidas y las puso en nuestra habitación. Mi hijo entró y las tomó, sin saber lo que eran.
»Lo peor es que yo vine a darme cuenta un año después. Aunque [mi hijo] dice que no las vio, su actitud cambió. Yo me sentí devastada....
»¿Cómo le explico por qué teníamos esto en casa?»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»¡Qué triste que haya tantas lecciones que aprendemos cuando ya es muy tarde! Esperamos que su caso les sirva a otros padres no sólo de advertencia sino también de estímulo para librar su hogar, sus automóviles y sus oficinas de todo lo que no quieran que vean sus hijos.
»En el caso suyo, hay dos asuntos diferentes que debemos considerar. En primer lugar, su hijo ya tiene edad suficiente como para comprender que es normal y saludable que los cónyuges disfruten de intimidad sexual. Si bien esa intimidad no es un tema que se trate con toda la familia, eso no quiere decir que sea motivo para avergonzarse. Es un tema privado, pero no un secreto.
»En cambio, los videos sí eran un secreto. La forma en que nos hizo la pregunta nos indica que usted comprende lo destructiva que es la pornografía, y que, además del peligro que representa para su hijo, a él lo pone en una situación embarazosa saber que su padre tiene tales videos.
»La mejor solución es que su esposo tenga una conversación, de hombre a hombre, con su hijo, no para hablar acerca de la vida íntima de ustedes como pareja, sino para decirle en confianza que lamentablemente cedió a la tentación durante una etapa difícil de su vida, y a eso se debió que él llevara esos videos a su hogar. Ahora se arrepiente de haberlos llevado y ha decidido no volver a caer en esa tentación. Le aseguramos que, habiendo cumplido los diecisiete años, su hijo ya comprende muy bien lo que es la tentación sexual, de modo que va a entender lo que le diga su papá. Así su esposo tendrá la oportunidad de hablar con su hijo acerca del peligro de la pornografía y de cómo puede convertirse en un vicio con la posibilidad de destruir relaciones normales y saludables. Y podrá también aprovechar la oportunidad para abordar el tema de la pureza sexual de su hijo así como la función positiva que tiene el acto sexual dentro de la relación conyugal.
»Nuestros hijos saben que no somos perfectos. Por eso nos respetan más cuando reconocemos nuestros errores y nos valemos de la oportunidad para contarles las lecciones que hemos aprendido a causa de esos errores. Si, por el contrario, la pena o la vergüenza que sentimos nos lleva a mentirles, tarde o temprano nuestros hijos perderán parte del respeto que nos han tenido.
»¡Aproveche al máximo esta oportunidad para relacionarse con su hijo y enseñarle valores morales!

NIÑOS QUE DICEN MALAS PALABRAS: ¿QUE HACER?

Los niños imitan lo bueno y lo malo que escuchan y ven. La influencia que se recibe en el hogar es la primera y la más importante.

Los adultos no pueden evadir la responsabilidad que tienen cuando los hijos comienzan a crecer. Una vez empiezan a expandir su mundo social, se van enriqueciendo o contaminando con diferentes comentarios y acciones.

En el colegio, con los amigos, diferentes integrantes de la familia y la televisión pueden influir negativamente en el desarrollo de los pequeños, pero esto no dejará de ocurrir ya que siempre estarán expuestos a diversas personas y conductas.

Lo que hay que lograr es hablar con ellos adecuadamente hasta que puedan entender que decir malas palabras no está bien.


Es conveniente que los padres comprendan que las malas palabras que mencionan los pequeños, pueden causar sorpresa e impresión y justamente son estas sensaciones las que otorgan poder a los niños.

La primera impresión es castigarlos o regañarlos y en el peor de los casos, felicitarlos o reírse por lo que acaban de escuchar, pero lo más acertado es que lejos de asombrarse, los padres tienen que hablar lo más tranquilamente posible con los hijos hasta que comprendan que lo que mencionan es inadecuado.


Cómo lograr que los niños dejen de decir malas palabras:
Hay que lograr que la mención de los vocablos inapropiados no se transforme en un hábito ya que si esto ocurre serán mucho más complejos de erradicar.


El ejemplo es fundamental. Si en la casa no se dicen malas palabras será más difícil que el niño las diga.

Las escuchará fuera de su entorno primario, pero esto no será motivo para que el niño las vaya mencionando por ahí o se acostumbre a disiparlas por todos lados.


Si por algún motivo, los padres o adultos que estén ante la presencia del niño dicen una palabra desacertada, lo más conveniente es que pidan disculpas.


Si el pequeño ya es algo mayor y repite constantemente alguna palabra en particular, lo mejor es explicarle el significado para que entiendan lo que están diciendo y ya no la vuelvan a mencionar.


Hay que enseñarle al niño a decir lo mismo, pero con otras palabras. Buscar sinónimos que expresen lo mismo. Todo esto debe poder llevarse a cabo con calma y de la mejor manera posible.

Si se exageran las reacciones y se le da mucha importancia a la situación, el niño tendrá el poder y quedará disminuida la autoridad de los padres.


Si el pequeño dice malas palabras en público, lo mejor es esperar a estar a solas con él para poder explicarle que está mal su manera de expresarse.

Hay que hacerle ver que hay otros modos de comunicarse y que son mucho más favorables tanto para él como para la gente que lo está escuchando.


Si aún así el niño sigue repitiendo vocablos inadecuados, es probable que haya que comenzar a establecer ciertas reglas.

Cada vez que reitere una mala palabra hay que explicarle que se le retirará un beneficio: dejarlo sin televisión, prohibirle el uso del ordenador o impedirle salir a jugar con los amigos. Seguramente, poco a poco el pequeño irá entendiendo y adaptándose a los buenos hábitos.


Es conveniente que esta mala costumbre se pueda erradicar lo antes posible, ya que si los niños se hacen mayores y siguen ampliando el repertorio de palabras inapropiadas, será mucho más difícil poder revertir este comportamiento.


Algunas de las causas por las cuales un niño puede llegar a decir malas palabras:
Para ser aceptados en un grupo

Para llamar la atención

Para expresar frustración y enojo

Para sentir que tienen poder

Para demostrar que son grandes o más grandes de lo que parecen

Porque creen que es una conducta adecuada al ver que sus comentarios son festejados y no corregidos.


Estar atento ante estas señales es importante para establecer si hay algo de fondo que pueda estar perturbando la tranquilidad del niño.

El desahogarse mediante la exteriorización de este mal hábito puede ser una manera de reflejar algún inconveniente en particular que es mejor intentar descifrar lo antes posible.

Si las malas palabras son esporádicas, seguramente dejen de producirse antes de tiempo. Lo fundamental es no darles demasiada importancia para no crear una falsa seguridad en los más pequeños.


A medida que se va transformando la conducta del niño, hay que estimularlo y felicitarlo. Es importante que el pequeño pueda saber lo que está bien y lo que está mal y que se le haga un cumplido cuando se comporta adecuadamente.

lunes, 17 de octubre de 2011

EL DIVORCIO UNA CRISIS ACTUAL

Dejé a mi esposo con el cual estuve casada 36 años. Él frecuentemente me abusaba y ocasionalmente a nuestros hijos, y recientemente descubrí que me contagió con dos enfermedades venéreas resultado de una relación adúltera suya. Siento que lo he perdonado, pero quiero el divorcio. Sin embargo, mi familia y ministro, me dicen que si no regreso con él no lo he perdonado verdaderamente. ¿Es esto correcto?

El pacto matrimonial es la relación más sagrada que podemos disfrutar sobre la tierra. Es un regalo de Dios y siempre me duele escuchar que es quebrantado. En este caso, usted está abrumada por dos situaciones extremadamente difíciles a la vez: la primera el perdón y la segunda el divorcio.

En Juan 8:11 Jesús le dice al la adúltera: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” El perdón de Jesús está condicionado en el arrepentimiento; un cambio de sentir y de comportamiento. Primera Juan 1:9: nos enseña que la confesión de pecado precede el perdón y la limpieza. ¿Ha verdaderamente su esposo cambiado a través de una relación personal con Cristo? ¿Está el quebrantado por lo que le hizo a usted y su familia? En oración pídale a Dios que se lo revele.

En cuanto al divorcio, Malaquías 2:16 revela que Dios “odia” el divorcio. El adulterio es la única razón por la cual debe ser permitido (Mateo 19:9). Según la Palabra de Dios, usted tiene bases para divorciarse. Después que todos los esfuerzos por reconciliarse han sido agotados, el divorcio es permitido, pero no mandado.

Usted tiene una decisión muy difícil. El perdón y el preocuparse por su seguridad física puede coexistir. Sólo Dios sabe si usted está aún en peligro. Ruéguele a Dios que le dé la sabiduría que sólo Él puede dar (Proverbios 9:10).
Tengo casi 30 años, no tengo hijos y nunca he estado casada. Deseo encontrar un esposo, pero la mayoría de personas solteras de mi edad son divorciadas. ¿Qué piensa del noviazgo o posible matrimonio con una persona divorciada?

El divorcio encabeza la lista de síntomas en el vacío espiritual de la cultura moderna. Casi ninguna familia escapa sus efectos devastadores. La conveniencia y el egoísmo, no la convicción, son de primordial importancia en nuestra sociedad y eso ha mutilado el compromiso matrimonial.

Permítame primero advertirle que el efecto del divorcio es rara vez terminal. Un hombre y una mujer pueden divorciarse legalmente, pero nunca completamente separarse emocionalmente. El dolor del divorcio puede minimizar, mas nunca desaparecerá totalmente, especialmente si existen hijos de por medio. Si está involucrado (a) en un segundo matrimonio esté preparado (a) para enfrentar esto.

El plan de Dios para el marido y su esposa es ser una sola carne de por vida. Las Escrituras sí permiten el divorcio por adulterio, sin embargo, no es un mandato y debe ser el último recurso después que todos los esfuerzos por reconciliarse han sido agotados.

El volverse a casar con la víctima inocente en este caso parece ser permitido por las Escrituras (Mateo 5:30). Consecuentemente, en cuanto al noviazgo, uno no debe mantener un noviazgo con una persona que no será un candidato (a) piadoso (a) para el matrimonio.

Sea que un cónyuge potencial futuro sea divorciado (a) o no, ciertas normas se aplican. Segunda Corintios 6:14 enseña que un creyente en Cristo no debe casarse —o mantener un noviazgo— con un incrédulo (a). Si Cristo no es la prioridad en ambas vidas, entonces la autosatisfacción lo será.

Si usted se casa esperando que su cónyuge supla todas sus necesidades, usted está destinado (a) a la desilusión. Exclusivamente Jesús puede satisfacer toda necesidad. Paciente y fervientemente ore antes de considerar el matrimonio, porque es mejor anhelar estar casado (a) que desear no estarlo
Programa TELEVISIVO SEMANAL
Mi primer matrimonio terminó en divorcio y luego me volví a casar. Ahora entiendo que mi divorcio y un segundo matrimonio fueron un error, y que la Biblia enseña que Dios odia el divorcio. ¿Quiere Dios que deje mi segundo esposo y regrese al primero? ¿Cuáles son los mandatos bíblicos referentes al divorcio y volverse a casar, sea con la misma persona divorciada o con alguien diferente?

El porcentaje de divorcio en los segundos matrimonios es mucho más alto que en los primeros, e incrementa al pasar de los años. Existen varias razones . Primero , las personas no solucionan los problemas que condujeron al primer divorcio . Segundo, como todo, el divorcio es más fácil si lo ha hecho antes. Tercero, aunque el divorcio sea una separación física, es casi imposible lograr una separación emocional.

Dios dice que el matrimonio, el cual Él creó, toma dos individuos (un hombre y una mujer) y los pasa a ser una sola carne (Génesis 2:23-24). Un hombre sabio dijo que el matrimonio es como pegar dos piezas de cartón. Usted puede apartarlos, pero ambos serán despedazados quedando pedazos de la otra pieza permanentemente pegados. Uno no puede divorciarse sin dejar algo de sí en el cónyuge, usted siempre cargará algo de su cónyuge divorciado con usted.

Primera Corintios 7:10-11 revela: “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.”

Si aún nos se ha vuelto a casar, haga todo lo posible por reconciliarse con su exesposo (a) o quédese soltero (a). Si se volvió a casar, quédese así. Un segundo divorcio no va a corregir el error cometido en el primer matrimonio. Lo primordial en cualquier matrimonio es asegurarse que su cónyuge y usted amen a Jesús más de lo que se aman el uno al otro. Usted no puede tener un matrimonio exitoso sin su Creador tan y como una sinfonía no puede producir armonía sin el conductor.
Nuestra hija y yerno, quienes tienen un niño pequeño, pueden estar considerando el divorcio. Nuestro yerno desea que intervengamos en sus argumentos en su defensa. Nos preocupa que esto llegue a distanciar a nuestra hija, quien nunca le ha agradado nuestro consejo. ¿Qué podemos hacer?

El plan de Dios para el matrimonio es que un hombre se una a su mujer, y sean una sola carne (Génesis 2:24). Lo que su yerno les pide es que sean una intrusión en esa carne.

En un cuerpo, si un miembro está herido otros se sacrifican para ayudar al herido. Si los problemas de la pareja han progresado a este extremo, su matrimonio está severamente herido. Si su yerno está seriamente turbado acerca de su familia, él necesita dejar de esperar que ustedes le resuelvan su problema y debe tomar la iniciativa él mismo. Inicie el proceso de sanidad al perdonar y pedir perdón. Una vez las líneas de comunicación estén abiertas y ambas partes están comprometidas a ceder sus propios deseos y dar preferencia al otro, los desacuerdos pueden resolverse. La meta es llegar a ser una sola carne: física, emocional y espiritualmente.

Los padres intrusos son frecuentemente divisivos y lesionan el matrimonio de sus hijos. Por favor no tomen esa senda. Su mejor curso de acción es en oración motivar a ambos sin tomar el lado de ninguno, demostrándoles principios piadosos en su propio matrimonio.

ABUSO SEXUAL

Si Dios no desea que las parejas se divorcien, ¿quiere DIOS que una esposa permanezca casada a un marido que la abusa a ella y a los hijos?









Esta pregunta, desafortunadamente, está en la mente de muchas mujeres en todo el país. De hecho, algunas culturas disculpan y permiten la violencia contra las mujeres y los niños. No obstante, permítame ratificarles, es un acto vil y cobarde.

En muchas ocasiones las mujeres soportan el abuso por el bien de los niños. Aunque suene noble, esto enseña a los niños que pegarle a las mujeres es aceptable. A su vez, enseña a las niñas a tolerar y esperar el abuso en una relación. ¿Quién sale ganando? ¡Nadie!

Además, un esposo abusivo rara vez se detiene con la esposa, sino que muy frecuentemente maltrata a sus hijos.

¿Significa esto que una mujer debe divorciarse de un esposo abusivo? No, pero tampoco se le motiva a permanecer en una situación peligrosa.

Huir del peligro y el divorcio no son lo mismo. Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16), mas nos ánima a huir del peligro, tal y como José y María lo hicieron después del nacimiento del Señor Jesús (Mateo 2:13).

Además, salir de un hogar peligroso no debe ser permanente. José llevó a su familia a Egipto para huir del peligro, pero también regresó cuando éste hubo pasado (Mateo 2:19-22).

La meta de huir no debe ser el escape, sino la sanidad y eventualmente la reconciliación. Una mujer piadosa considera el bienestar de sus hijos, juntamente con el de su cónyuge ( 1 Corintios 7:16). Una mujer de oración e intenciones humildes puede guiar a su familia a Cristo (1 Pedro 3:1-7).

"Se levantaran sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba" (Proverbios 31:28).
He tenido una vida dolorosa, en particular porque familiares masculinos me abusaron sexualmente cuando era una jovencita. Ahora que tengo hijas jóvenes, esos mismos familiares podrían venir a visitarnos. ¿Debo alertar a mis otros familiares previniendo la visita y proteger a mis hijas o debo dejar sepultado el pasado?

Según la Academia de Psiquiatría de Niños y Adolescentes Estadounidense [en 2001] el abuso sexual de niños reportado alcanza los 80.000 casos anuales, sin embargo el número no reportado de instancias es probablemente mucho mayor. Adicionalmente, el daño a largo plazo emocional y psicológico del abuso sexual puede ser para el niño (a) devastador.

Trágicamente, usted sabe esto mejor que cualquier psiquiatra.

Dado lo que sabe y lo que los estudios corroboran, usted mejor que nadie debería desear hacer todo para proteger a sus hijas de una vida de tormento. Aunque hayan pasado muchos años desde cuando fue molestada, casi no existen evidencias convincentes que establezcan que un predador sexual puede ser rehabilitado. Ciertamente no quiere comprobarlo con sus hijas.

Dios nos da a todos la responsabilidad de proteger a otros, especialmente a los hijos, de un estilo de vida de pecado (Lucas 17:1-2). Si pretende ignorarlo, esperando sencillamente que nada suceda, usted es una conspiradora potencial del abuso de sus hijos.

Con todo, no utilice esta oportunidad para desahogar sus acusaciones ante toda la familia. Primero, asegúrese que los ofensores rotundamente no tengan oportunidad de estar a solas con sus hijas. Luego, si las circunstancias lo demandan, calladamente y en oración exprese sus inquietudes a aquellos que necesitan saberlo.

Tan difícil como pueda ser, usted debe salir en su defensa. Quizás se sienta impotente, mas el Dios del universo le dará fortaleza (2 Corintios 12:9).
abusada sexualmente por mi padre de niña. Ahora que estoy casada poseo gran a




nsiedad acerca de la intimidad con mi esposo. Aunque él está al tanto de esta experiencia, es muy paciente y amoroso, pero se le dificulta hablar al respecto. ¿Tiene algún consejo?

Todo lo que Dios creó, Él dice que es “bueno” (Génesis 1:31). Mire detenidamente la maldad en nuestra sociedad. Notará que son abusos de los dones o regalos “buenos” de Dios para satisfacciones egoístas. Predeciblemente, los regalos más maravillosos de Dios son utilizados para el mayor mal: con la sexualidad encabezando la lista.

El uso inapropiado de los dones de Dios, en particular la intimidad sexual, acarrea cicatrices físicas y emocionales que pueden durar toda una vida. Cuando es forzado en un niño, principalmente por un miembro de la familia, los resultados son devastadores. Las víctimas poseen enorme dificultad de compartir en relaciones íntimas física, emocional y espiritualmente. Al destruirse la confianza en la relación entre padre e hija, su padre hizo muy difícil que usted disfrute una relación con su Padre celestial. Esto es, quizás, la mayor piedra de tropiezo [obstáculo] en su intimidad marital.

Lo más importante, usted y su esposo necesitan esforzarse por alcanzar intimidad con Dios por medio del Señor Jesucristo . No existe suficiente conocimiento psicológico colectivo sobre el planeta para sanar su matrimonio sin una relación con el Padre Celestial. Únicamente Él puede tomar la carga que usted lleva (Salmo 55:22). Sólo Él puede hacerle una nueva criatura sin mancha alguna (2 Corintios 5:17).

Lo que le sucedió de niña hace que el Padre celestial enfoque su compasión en usted. Permita que su amor le dé a usted y su esposo gran seguridad y le traiga unidad espiritual. Esto será de enorme ayuda en la intimidad física.

A su vez, recuerde que la carga de abuso sexual toma tiempo descargarla. Su matrimonio se beneficiaría mucho de apoyo y consejería Cristo-céntrica. La intimidad marital florecerá cuando la intimidad con Dios esté de primero ( Mateo 6:33).

jueves, 13 de octubre de 2011

«NO QUIERO DESTRUIR MI MATRIMONIO»

LA HONORABILIDAD EN EL MATRIMONIO:
«Llevo ya diez meses saliendo con una [joven] de veinticuatro años de quien me siento muy enamorado. Ella también se enamoró de mí, sabe que soy casado y que tengo dos hijos; de hecho, los conoce. No quiero destruir mi matrimonio de veintiún años, y menos dañar a mis hijos de cinco y un años. ¿Cómo resuelvo esto?»Este es el consejo que le dimos:
«Estimado amigo:
»Nos alegramos mucho de que nos haya consultado antes que sea demasiado tarde. Lo peor que pudiera suceder ahora es que su novia quedara embarazada. Si eso ocurriera, usted tendría el deber de sustentar a un nuevo hijo, y no habría forma de que evitara el herir a sus otros hijos. ¡Por eso le rogamos que, si está sosteniendo relaciones íntimas con esa joven, deje de hacerlo de inmediato!
»Hay una pregunta muy seria que debe contestar: ¿Es usted un hombre honorable? Es probable que piense que sí lo es, pero lo cierto es que la manera en que afronte esta situación de aquí en adelante determinará si usted será honorable o si optará más bien por ser un mentiroso y engañador en el que no podrán confiar ni siquiera sus propios hijos.
»Un hombre honorable cumple sus promesas y sus compromisos. Hace veintiún años, cuando usted dijo: “hasta que la muerte nos separe”, le prometió a su esposa que le sería fiel a ella el resto de su vida. Cuando decidió tener hijos con ella, usted afianzó esa promesa y se comprometió con ellos implícitamente a no sólo cuidarlos y protegerlos, sino también a ser un hombre honorable cuyo ejemplo ellos pudieran seguir.
»El amor emocional no es más que un sentimiento, y la naturaleza de los sentimientos es que no son duraderos. El hombre que toma decisiones basado en sus sentimientos llevará una vida llena de altibajos y tomará muchas decisiones malas que lo perjudicarán a él y a quienes lo rodean. ¿Podrá usted perdonarse si el egoísmo del amor que siente hacia esa joven lo lleva a destruir la estabilidad del hogar de sus hijos y los hiere por muchos años? Un hombre honorable jamás haría eso.
»El amor verdadero no es algo que se siente, sino que se practica....
»Si usted de veras ama a su novia, déjela para que ella pueda encontrar a un hombre que no esté comprometido con otra mujer. Si la ama, dele la oportunidad de que ella tenga su propio hogar y su propia familia con un esposo que la aprecie muchísimo. Claro que por un tiempo a ella le dolerá, pero se recuperará. Dígale hoy mismo que ha tomado esta decisión, y luego no vuelva jamás a tener ningún contacto con ella. Sepárese del todo para que ella pueda comenzar de una vez a sanarse y usted a ser ejemplo de su familia.
»¡Sea un hombre honorable!

miércoles, 5 de octubre de 2011

«GOLPEÉ BRUTALMENTE A MI HIJO» LA IRA UN ENFERMEDAD TERRIBLE

«Yo padezco de ira, y golpeé brutalmente a mi hijo de tres años. Estoy arrepentida; pero cuando me enojo, no me puedo controlar.
»¡Ayúdenme! No sé qué hacer. Siempre me prometo que no lo haré más, y vuelvo a caer en lo mismo.»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»El rey Salomón, uno de los hombres más sabios de la historia, dijo: «El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla.»1 Usted ha reconocido que sabe que no es correcto golpear a su hijo, pero tal vez no haya pensado que hacerlo es señal de necedad. El necio carece de sentido común y de buen juicio. El sentido común le hubiera indicado a usted que su falta de dominio propio manifestado en repetidas ocasiones en el pasado es prueba de que volverá a ocurrir una y otra vez. El buen juicio le hubiera mostrado que, si no puede dominarse, debe evitar toda situación en la que pudiera tener la oportunidad de golpear a su precioso hijito.
»¿Qué tiene que ocurrir para que usted deje de golpearlo? ¿Que alguien se entere de lo que usted está haciendo y la acuse ante las autoridades? ¿O que usted finalmente vea a sus pies el cuerpo inerte de su hijo?...
»Usted nos imploró que le ayudáramos, ¡y ahora nosotros le rogamos que siga nuestro consejo! En primer lugar, nunca debe estar sola con su hijo. No sabemos si usted tiene esposo. Pero si lo tiene, él debe proteger al niño cuando usted está por agredirlo. Y si alguna vez lo ha maltratado frente al esposo o frente a otro miembro de la familia sin que éstos hayan intervenido a fin de proteger al niño, entonces debe evitar estar sola con el niño y con esa persona. Si para lograr esto usted tiene que pedirle a una amiga o a un familiar que viva en su hogar, debe usted hacerlo de buena voluntad porque quiere lo mejor para su familia. Haga lo que sea necesario para impedir que se presente otra oportunidad para desahogarse agrediendo a esa indefensa criatura.
»Si le es posible consultar a un psicólogo, pida una cita hoy mismo.... [Así] tendrá la oportunidad de regar agua sobre ese fuego interno que la ha estado consumiendo y de tratar de apagarlo por completo.
»El apóstol Pablo nos aconseja: «Si se enojan, no pequen.»2 Con esto aclara que es posible enojarse sin llevar el enojo a la práctica de un modo pecaminoso e hiriente. Dios le ayudará a lograrlo si se lo pide, como también le será de ayuda un grupo de apoyo para dominar la ira. Pero le rogamos que comprenda que esta es cuestión de vida o muerte, y que usted debe hacer mucho más que pedirle perdón y ayuda a Dios y luego decirle a todo el mundo que está arrepentida. No basta con decir que está arrepentida. Debe demostrar que está realmente arrepentida al dar los pasos radicales y difíciles que garanticen que esto nunca volverá a ocurrir.
»¡Comience hoy mismo!
»Linda y Carlos Rey.»
El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace en www.conciencia.net que dice: «Caso de la semana», y luego el enlace que dice: «Caso 23».


1Pr 29:11
2Ef 4:26