«Tengo una hija de doce años con un comportamiento difícil. Como yo trabajo y ella se debe quedar sola en la casa, me preocupa que esté entrando niños a la casa sin mi autorización. La han visto besándose con un niño que no conozco, y en la Internet está viendo cosas indebidas.
»Cuando me pongo a hablar con ella al respecto, se pone a gritar y dice que por qué nació y que se quiere matar. He tomado muchas [medidas correctivas] al respecto, y ninguna me ha funcionado. No se qué hacer...»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»... Algunas jovencitas de doce años tienen suficiente madurez como para tomar decisiones responsables, por lo que se les puede dejar solas en casa durante breves lapsos de dos horas o menos. Es evidente que su hija no es una de ellas. Las señales de advertencia le están anunciando ¡Peligro! en grandes letras rojas.... Le instamos a que busque supervisión en seguida para su hija después del día escolar, cueste lo que cueste....
»Usted ha descrito cómo su hija la manipula con sus amenazas. Usted necesita entablar una conversación apacible con ella (posiblemente en un restaurante donde ella no comience a gritarle), y decirle a ella que sus amenazas de suicidio son un asunto muy serio que usted no seguirá pasando por alto. La próxima vez (sin excepción alguna) en que ella diga que se quiere matar, usted va a hacer una cita con un consejero profesional o terapeuta, ya sea en la escuela o en una clínica psiquiátrica, a fin de que se determine si ella está en peligro de hacerse daño....
»Haga una lista del comportamiento que usted espera y de las consecuencias de no obedecer las reglas, y entréguesela a su hija. Para el mal uso de la computadora, quítele el teclado. Para las veces en que se niegue a hacer lo que se le exige, establezca consecuencias drásticas tales como el quitar la puerta de su cuarto de modo que no tenga nada de privacidad. Quítele ropa o pertenencias favoritas y el privilegio de usar el teléfono, y limite sus actividades sociales. El factor más importante de este plan es que no debe establecer ninguna consecuencia que usted no esté dispuesta a hacer cumplir de inmediato. No permita que ella tenga una segunda oportunidad de infringir las reglas. Ella debe ver que cada vez que desobedece una regla, la consecuencia será inmediata.
»No se sorprenda de que ella reaccione con violencia. Dirá cosas hirientes y la mortificará durante meses y tal vez años. Pero si usted es constante con las consecuencias, siempre llevándolas a cabo de inmediato, a la larga ella aprenderá que podrá recibir más de lo que desea si obedece las reglas. El sabio Salomón enseñó: “Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa.”1 A la postre su hija descubrirá que el obedecer las reglas tiene su recompensa. Mientras tanto, usted debe aprender a hacer caso omiso de sus amenazas (salvo la del suicidio) y a no permitir que lo que ella le diga la afecte emocionalmente....
»¡Para criar bien a los hijos hay que ser fuerte!
1 pedro 13:13
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