sábado, 29 de enero de 2011

¡DIOS QUIERE QUE SU FAMILIA TENGA EXITO!

Dios quiere que su familia tenga éxito y prospere, y Él le ha dado el plano para que la felicidad de su familia sea posible. La Biblia contiene principios sólidos como la roca sobre los cuales usted puede construir una familia fuerte.

LOS CIMIENTOS DE UNA FAMILIA

Note el cimiento que Dios puso para la familia. En la creación, Dios formó a Eva de una de las costillas de Adán, para que sea su ayuda y su complemento. Luego Dios ofició la primera ceremonia matrimonial y bendijo la unión de por vida de un hombre y una mujer.

Génesis 2:18 dice: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” Y así lo hizo, pronunció los primeros votos matrimoniales: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

Sépalo en forma precisa y clara: ¡Dios es el arquitecto del hogar! Si su familia va a enfrentar las tormentas que vendrán, debe anclarse firmemente a la Palabra de Dios y sus promesas y mandatos para su hogar.

Me gusta el Salmo 127:1 que dice: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.” Construir un hogar es un asunto muy complicado que requiere mucho más que ingenio y sabiduría humanos para lograrlo. Usted necesita un plan divino y un Constructor divino para construir un hogar cristiano feliz, fructífero y próspero. El Constructor y ese plan son Jesucristo y su Palabra.

LA FLEXIBILIDAD DE UNA FAMILIA



¿Sabía que el largo del gran Puente “Golden Gate”, en San Francisco, California, oscila como veinte pies o seis metros? Las dos torres de ese puente están sólidamente ancladas; sin embargo ese puente suspendido se puede mover un poco y mantener su fortaleza.

¡Qué hermoso cuadro de un hogar cristiano feliz y saludable! Su familia necesita alguna flexibilidad, espacio para moverse. No estoy hablando de no tener reglas. Estoy hablando de la familia que ríe y se divierte junta: un hogar en donde sus integrantes no “hacen montañas de un grano de arena”, y en donde una palabra de perdón está siempre a flor de labios.

Primera Corintios 13:4-8 tiene mucho que decir que se aplica al amor que necesitamos mostrar en nuestras familias:

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.”

¿Desea un matrimonio feliz? ¿Quiere tener una familia exitosa? Entonces aprendan a amarse los unos a los otros, a ser generosos dadores de gracia. Elimine algo del estrés de usted mismo, de su cónyuge y de sus hijos. Haga de su hogar un lugar de amor y de alegría.

EL FRUTO DE LA FAMILIA

Hay tres verdades muy importantes en el Salmo127 acerca de la felicidad que traen los hijos al hogar. Primero, los hijos son deseados. Salmo 127:3 dice: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”

Segundo, los hijos son manejables. Salmo 127:4: “Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.” Y cuando son criados, nutridos y amonestados por el Señor, esos hijos son confiables. Salmo 127:5: “Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.”

Los hijos no son una carga, sino una bendición. Feliz es el hogar donde los niños son bienvenidos y amados, como si diéramos la bienvenida y amáramos al Señor Jesucristo mismo. Mateo 18:5 dice: “Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a Mí me recibe.”

Debemos empezar hoy mismo a recuperar nuestras familias. De otra manera el mundo llegará a ser el padre de nuestros hijos. Usted puede empezar hoy con estos principios. Y oro para que su familia tenga éxito y para que la Palabra de Dios traiga avivamiento y una renovada entrega de usted y los suyos.

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