sábado, 7 de mayo de 2011

«MI MADRE... ME CULPÓ DE TODO»

«Durante toda mi vida, la relación con mi madre no ha sido buena.... En la etapa de la adolescencia, con mi primer novio, mi madre se encariñó mucho con él, y cuando la relación se terminó... ella me culpó de todo y no creyó todo lo que le conté de lo violento que mi novio se había vuelto y de cómo me hacía sufrir. Además,... como acostumbra hacerlo, [mi madre] dijo cosas muy hirientes, como que estaba decepcionada de tenerme como su hija...»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimada amiga:
»... ¿Por qué no tienen [una madre buena] todos los niños? ¿Será que Dios ama más a unos que a otros? ¿Acaso algunos niños tienen más valor o potencial que otros?... ¡Mil veces no!
»Dios diseñó y creó un mundo perfecto. Él hizo a la primera pareja, y aquellos dos llegaron a ser la primera familia. Dios pudo haberlos hecho como robots, cada uno con los mismos brazos fuertes y amorosos, corazón tierno y mente sabia. Pudo haber decidido no darles ninguna opción acerca de lo que harían, de quiénes serían o de cómo vivirían, de modo que siempre fueran buenos, amorosos, tiernos y sabios, y siempre fueran padres perfectos. Pero Dios no quería que sus hijos lo amaran por obligación.
»... [Por eso] Dios les dio a Adán y a Eva pautas a seguir, y luego les dio la libertad de tomar sus propias decisiones. Casi de inmediato, escogieron el mal. Hicieron uso de su libre albedrío para hacer caso omiso de las pautas y ejercer más bien su propia voluntad. ¿Tuvo Dios la culpa de esto?... No, ellos fueron los únicos culpables de sus propias malas decisiones.
»Así es hoy en día.... Algunos [padres] actúan con sabiduría al decidir cuánta responsabilidad debieran tener sus hijos; otros ponen sus propios intereses por encima de los de sus hijos y se aprovechan injustamente de la relación que tienen con ellos....
»Mis padres eran alcohólicos que decidieron pasar por alto casi todas las pautas bíblicas con relación a esta vida. Como resultado, crecí en un hogar sin estabilidad ni seguridad, y con frecuencia violento. Mi madre no logró superar su propia formación, y eso la predispuso a perpetuar ese ciclo en sus propios hijos. Una vez, totalmente borracha, se me vino encima armada de un cuchillo que afortunadamente logré quitarle. Sobra decir que jamás tuve una relación madre‑hija como la que usted también anhela.
»Desde muy temprana edad, determiné que estas dificultades contribuirían a hacerme más fuerte y que mi meta en la vida sería ponerle fin a ese ciclo.... Tuve la bendición como adolescente de pedirle a Jesucristo que morara en mi vida, y Él me dio la fuerza necesaria para vencer toda situación adversa y ofrecerles una vida mejor a nuestros cinco hijos....1
»¡El pasado ha terminado!2... Usted es fuerte, y por eso ha llegado hasta aquí. Puede no sólo vencer las dificultades del pasado, sino también hacer una vida mejor para sus hijos. Usted puede frenar el ciclo de la mala crianza de los hijos. Y puede ser la primera en seguir el ejemplo de Dios. La animo a que lea la Biblia y encuentre las pautas que necesita seguir para ayudarla a comenzar a llevar una vida mejor....

1Fil 4:13
22Co 5:17

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