lunes, 23 de noviembre de 2009

III. Relaciones entre padres e hijos Efesios 6:1-4

A. Obedecer y Honrar

La instrucción de obedecer a los padres por lo general se aplica a los niños más pequeños. Pero ¿qué de los hijos ya crecidos? La obediencia es el concepto más apropiado para los hijos más pequeños. La honra es el concepto más apropiado para los hijos crecidos.

Vemos ambos términos en Efesios 6:1,2. El concepto de la honra incluye obedecer cuando la obediencia se pide en forma correcta. Puede ser difícil para un niño pequeño entender el concepto de honrar; a él le resultará más fácil comprender la obediencia. Aprender a obedecer es el primer paso hacia el principio de honrar a los padres.

La referencia de Pablo acerca de los Diez Mandamientos (Éxodo 20) muestra que fue Dios quien estableció la autoridad de los padres. Como Pablo les recordó a los efesios en el versículo 3, el mandamiento de obedecer va junto con la promesa de las bendiciones de la obediencia. Si uno aprende y obedece el mandamiento de honrar al padre y a la madre, tendrá relaciones correctas en el hogar y en la sociedad. Obedecer la autoridad de los padres prepara a los hijos para obedecer otras formas de autoridad, ya sean terrenales o divinas.

B. Velando por las almas de los niños

No todos los adultos son padres, pero cada adulto debe preocuparse de esta generación de niños que pronto serán los líderes morales y espirituales de nuestra sociedad.

Se dice con frecuencia que los padres deben pasar tiempo con sus hijos, pero a la vez, uno debe, como padre, estar atento a lo que sus hijos dicen. Cuando los hijos reciben corrección y disciplina de sus padres, este es un momento en que los padres les prestan atención. Pero si este es el único tiempo en que los padres les prestan atención a sus hijos, es probable que los hijos identifiquen este tiempo con sus padres como un tiempo de disciplina y corrección. En tales casos carecerán de la atención positiva que es tan esencial para el desarrollo completo.

Efesios 6:4 da un resumen de verdades que sirven para criar una familia. La primera parte del versículo, en términos generales, les dice a los padres que no exijan demasiado de sus hijos. Los niños son sensibles y tiernos de espíritu. Los padres deben tratarlos con consideración, sin esperar que respondan como si fueran adultos.

Esto no es una apelación a que los padres no disciplinen a sus hijos o de que tomen la posición de "no tocarlos". La segunda parte de Efesios 6:4 exige pasos muy positivos y activos para influenciar a los hijos para Dios. Es una tarea que dura todos los años de la niñez de los hijos, y que abarca cada aspecto de la interacción entre padres e hijos.

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